El Perú tiene institucionalidad democrática

Corresponde establecer el siete de diciembre como el “Día de la Institucionalidad Democrática en el Perú”, por cuanto, a los anuncios súbitos e imprevisibles de Pedro Castillo de: instaurar un Gobierno de excepción orientado a restablecer el estado de derecho y la democracia; disolver temporalmente el Congreso de la República; convocatoria a Elecciones a nuevo Congreso con facultades constituyentes; gobernar con Decretos Leyes; reorganización del Poder Judicial, Ministerio Público, Tribunal Constitucional.
A tales anuncios, el Perú institucional, al unísono, sin demora y sin ambages, rechazaron el golpe de estado y plantearon restituir el orden constitucional y democrático, en este sentido, se pronunciaron las Fuerzas Armadas, quedando desterrado el militarismo; los gremios empresariales, mediante la CONFIEP, atrás quedó la mala costumbre de alentar y financiar golpes de estado; el Tribunal Constitucional; el Poder Judicial; el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, la Junta Nacional de Justicia, acabaron con la indiferencia mostrada en el pasado; y el Congreso de la República, aprendiendo de la historia, declaró la vacancia presidencial por permanente incapacidad moral, en contra de José Pedro Castillo Terrones.
Del 2018 al 2022, en tan sólo cuatro años, contamos con dos presidentes renunciados: Pedro Pablo Kuczynski y Manuel Merino de Lama; con dos presidentes vacados e incapaces morales: Martín Vizcarra Cornejo y Pedro Castillo Terrones. Esta situación, no es motivo de alegría ni siquiera de resignación; lo que sí tranquiliza es la continuidad del régimen político democrático y republicano.
¿Qué nos falta? Tener organizaciones políticas (partidos políticos y movimientos regionales) democráticas por declaración y práctica permanentes; organizaciones sociales de base dinámicamente democráticas; juntas vecinales (comunales y de seguridad ciudadana), activamente democráticas; y fundamentalmente, necesitamos y requerimos de ciudadanos demócratas, que ejerzan sus derechos con responsabilidad y cumplan sus deberes con oportunidad, pues, en un pueblo donde prevalecen los derechos sobre los deberes, hay caos; y, en donde, priman los deberes sobre los derechos, hay autoritarismo. Debemos propender a una actuación equilibrada de derechos y deberes.
Edgar Lajo Paredes – Abogado