Incertidumbre Económica producida por el COVID 19
La presencia del COVID 19 en A.L. y particularmente en el Perú ha generado una incertidumbre económica, social, política y especialmente sanitaria. Debemos estar conscientes que nos encontramos en el inicio de la pandemia y no estamos preparados para enfrentar este problema. De aquí la importancia de compartir experiencias y tomar medidas más drásticas sobre todo con la población por que el Perú está en vísperas del inicio del invierno que se prevé será más fuerte que en años anteriores.
Es urgente dejar de lado las diferencias o problemas ocasionados por la crisis política de los países, dar paso a procesos de integración a nivel internacional e intranacional, unir esfuerzos a todo nivel, compartir experiencias y recursos sobre todo financieros. Es obvio, que los países desarrollados tendrán mejores posibilidades de enfrentar la pandemia lo que no ocurrirá en los países de A.L. y peor el Perú. Dos campos son vitales para abordar este problema: 1) La capacidad financiera del país y 2) Capacidad de respuesta en materia de salud.
La capacidad financiera del país, depende del crecimiento del PBI y como se conoce su tasa de crecimiento de Perú esperada para este año de manera optimista, fue de 3.1% y ello no ocurrirá porque la economía no está funcionando en muchos sectores, lo que se agravará por la reducción de las importaciones y exportaciones. Uno de los factores clave que incide en reducción de las importaciones es el tipo de cambio al día de hoy (20-03-2020) en el mercado paralelo fue de 3.568 soles por dólar y seguirá creciendo por esta coyuntura.
En estos casos, así hubiera una oferta importante de insumos para la industria básica nacional, los empresarios no podrán importar porque necesitan más soles que en esta época es escaso y en un futuro inmediato tendrán problemas de liquidez. En el caso de las exportaciones que también cayó en volumen, el alza del tipo de cambio es favorable, lo que no sucede con la demanda, ya que el principal cliente China, redujo la importación de cobre frente a períodos anteriores.
En relación a la capacidad de respuesta sanitaria, es una de las grandes debilidades de nuestro país. No tenemos la infraestructura necesaria caso de hospitales, centros de salud, clínicas, debidamente equipadas y con personal especializado, además de medicamentos, en la propia capital del país Lima. Esta situación es más grave en las diferentes regiones caso de la principales como Arequipa, La Libertad, Piura, Cusco; lo cual es peor en otras regiones de menor desarrollo. ¿Qué se viene frente a esta situación? Que los centros hospitalarios de Lima colapsen y ello ocurrirá no más allá del siguiente mes.
En consecuencia, el Gobierno tiene que seguir asignando un presupuesto especial en montos que no es posible estimar porque no se conoce la magnitud de esta pandemia y el tiempo de duración. Algunos países como Reino Unido, ya han realizado estos estudios y están proyectando el combate de esta pandemia hasta diciembre del presente año, porque la transmisión es fuerte y las medidas y medios son insuficientes para detener esta enfermedad.
Existen evidencias con cifras reales sobre la suba del dólar, de la caída de las bolsas de EEUU, Europa; así como las asiáticas y latinoamericanas, se cayeron asimismo los precios de las materias primas en especial del petróleo, cobre, hierro. Los principales países como China ya se cayó su crecimiento en 2% y en EEUU ocurrirá lo mismo aunque sus expectativas fueron estimadas en cifras superiores al 2%. La situación en los países de la Unión Europea será más grave, incluso pueden registrar cifras negativas de crecimiento. Los países de A.L. que serán más afectados son lo que dependen en gran parte de las economías de EEUU y China, y no tanto de las economías europeas, siendo el comercio y el turismo los sectores más afectados.
Recordemos que en el Perú la industria básica depende en casi el 60% de insumos de EEUU y el 23% de las exportaciones son realizadas con China. La OCDE, estima un crecimiento promedio mundial de sólo 1.5% en el peor de los caso para este año. El COVID 19, no solo afecta el crecimiento del PBI, sino también la ejecución de nuevas inversiones, el desplome de precios, caso del petróleo, que fue estimado en 50 dólares por barril para rentabilizar las inversiones; pero dichas expectativas serán graves para países como Venezuela, Ecuador, México entre otros, porque el barril está llegando a 35 y 25 dólares y puede caer por debajo de 20 dólares.
Además, se acompañan otros efectos como la fuga de capitales como lo ocurrido en China, se agrava la pobreza y se reducen fuertemente los ingresos fiscales de hecho bastante disminuidos desde antes de la pandemia, que no ha permitido por ejemplo en el Perú asignar más allá del 3% al sector salud cuando otros países sobrepasan el 6%. Es recomendable de inmediato medir la capacidad de respuesta de las medidas adoptadas por el Gobierno a nivel de todo el país y también por regiones, para aplicar medidas adicionales o ser más drásticos en la aplicación de las acciones conducentes a evitar la mayor transmisión.
Por ejemplo conocer ¿Qué porcentaje de la población está realizando el aislamiento social previsto? ¿Cuánto es la mitigación de la pandemia?. Hacer proyecciones del avance de la pandemia hasta fines del año. Tomar como prioridad principal al COVID 19, asignando la mayor cantidad del presupuesto público y hacer gestiones anticipadas para acceder a préstamos externos, reestructurar el presupuesto de inversiones, reestructurar el pago de la deuda.
Para hacer frente a la crisis sanitaria tenemos que realizar los esfuerzos que sean necesarios. Tenemos que pensar que la política de supresión y la mitigación de la pandemia debe ir acorde con los cambios que se produzcan en el COVID 19 y tratar de evitar reacciones negativas de la población, posible de ocurrencia, si se alarga demasiado el tiempo de la supresión o de no haber resultados positivos de la mitigación. Debemos tener esperanza de que se produzca la vacuna o un tratamiento apropiado para combatir esta pandemia de manera definitiva en el plazo más corto.
La idea de reestructurar el presupuesto público y recurrir a un endeudamiento externo sería con la finalidad de aplicar una campaña masiva de examen a la población, tenga o no síntomas para detectar el virus. Esta acción permitiría mitigar la pandemia y no alargar excesivamente las políticas de supresión como el aislamiento de casos sintomáticos, cuarentena, toque de queda, distanciamiento social, cierre de escuelas y universidades y ciertos establecimientos. En suma, superar la crisis sanitaria; no ahondar más la crisis económica ni propiciar el crecimiento de la pobreza y extrema pobreza.
Bernabé Pacheco Santos – Doctor en la Facultad de Economía de la U.N.S.A.