Está en manos de Dios evitar la delincuencia que llena las arcas de la subversión. Evitar la violencia y procurar la paz. El pueblo sufre cansancio, hambre, angustia, oscuridad y desolación. Cómo se regocijan los políticos que se reparten un botín. Vemos así la humillación de nuestro pueblo. La paz se encuentra mellada en el corazón de los peruanos.

No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír. Los bienes robados al Estado como botín, son los bienes que roban a cada ciudadano, en detrimento de su vida, de su salud, de su educación, de su progreso.

Así aumenta la anemia crónica de su niñez, la mala alimentación de sus trabajadores, la inanición de los que sufren pobreza. Mientras se enriquecen las mafias de delincuentes enquistadas en el gobierno, en el Congreso de la República y la administración pública. A lo que se agrega la burocracia, de funcionarios y servidores públicos, que, como decía Manuel González Prada, «chupan los pezones de la Patria hasta sacarles sangre».

Se quiere dejar en la impunidad a los ex presidentes corruptos y se siguen dando leyes nefastas por sus adláteres, y con un plan sustitutorio, que ya anunció la presidente Dina Ercilia Boluarte Zegarra, que habría golpe de Estado.

Pues tiene razón. Golpe de Estado que se prepara con el objeto de dejar impunes a los presidentes y funcionarios procesados, y empresarios en juzgamiento por graves delitos. Los individuos que preparan un golpe de Estado, son los militares que firmaron el «Acta de Sujeción» de Vladimiro Montesinos, a quien también quieren excarcelar.

«La impunidad es su divisa y a la coima una sonrisa». Así se estableció con el fujimorismo una lacra gobernante de la cual el Perú, aún no se puede liberar.

Javier Azalgará Neira – Abogado