Entusiastas por la paz en cada familia peruana. No puede haber paz en un país violento. En donde no hay garantía de seguridad por la delincuencia común en las calles. Cuando son mafias las que gobiernan, organizaciones criminales de personas que se apoyan mutuamente y monopolizan ciertos ámbitos y actividades, que imponen su justicia y sus leyes arbitrariamente.

Cuando existe corrupción burocrática en todos los niveles y ámbitos del Estado. Donde las empresas privadas actúan impunemente porque sus delitos no están tipificados. En un país donde las ganancias de los bancos son excesivas y se obliga a la bancarización económica oprimiendo a los medianos y pequeños empresarios y se explota a los emprendedores.

En donde existe la especulación y pingües ganancias de los productos alimenticios de primera necesidad en manos de comerciantes inescrupulosos. En este caso, el Estado no fiscaliza. Sin embargo, exonera de impuestos a la gran minería, agro exportación y pesca, y a quienes tienen mayores ganancias.

Con exacción de impuestos indirectos a los más pobres, que son la mayoría de peruanos. Con estas leyes nefastas del Congreso de la República, que deroga impuestos a las empresas transnacionales, condona multas de infracciones lesivas a la naturaleza y aumentan el costo de servicios públicos como la luz y el agua y los pasajes.

El saqueo del erario público y la disminución de la caja fiscal por estas leyes malas y perjudiciales. La paz en los hogares peruanos se ha mellado y su signo es la pobreza y el hambre, sin contar las consecuencias de este deterioro nacional.

Javier Azalgara Neira – Abogado

Foto Andina