Contradicciones en el poder: Derecha vs Caviares por la Junta Nacional de Justicia

pressadminseptiembre 20, 20239min0
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Contradicciones en el poder: Derecha vs Caviares por la Junta Nacional de Justicia

junta cuestionada

El materialismo dialéctico se ha encargado de identificar principalmente las contradicciones de la sociedad en su conjunto, un análisis, empleando su método, nos dará luces de lo que a primera vista pareciera confuso y podría inducirnos a cometer grandes errores.

La política es el campo más álgido en las relaciones de poder en una sociedad tan desigual como la nuestra, donde una clase social compuesta por elementos defensores del capitalismo en aparente contradicción, derechistas y caviares, pretende engañar al pueblo convocándolo para defender a una institución administradora de justicia en una democracia inexistente.

Resolver esta contradicción interna para la clase dominante es importante, aunque no principal porque no amenaza su estructura, poniéndonos al frente dos alternativas de solución: el mantenimiento o el relevo de los funcionarios de la Junta Nacional de Justicia, institución estatal de poder que por más personalidad que ingrese, jamás cambiará su espíritu neoliberal con la que fue creada.

La derecha siempre gobernó el país, actualmente también lo hace mediante un gobierno militar-parlamentario encargado de poner en ejecución lo diseñado por el Estado neoliberal que ha establecido la dictadura del mercado, una dictadura del monopolio.

Los caviares lograron derrocar al fujimorismo, parecía que empezaba una nueva reconstrucción del Estado y, por ende, del país, parecía que se iban a eliminar paulatinamente las grandes brechas entre las clases sociales existentes o por lo menos mejorar las condiciones de vida de las que ocupaban los últimos niveles en la pirámide social.

No fue así, los caviares solo removieron a los fujimoristas para ellos sentarse a administrar y consolidar el Estado neoliberal, para montarse en el caballo de equitación en el que cabalgaban los representantes de la oligarquía, poniendo en marcha la famosa transición democrática, ofreciendo el rescate y la restauración de las instituciones, logrando el control de casi todas ellas.

A pesar de ello, no tuvieron el mínimo interés de cambiar la Constitución, teniendo todos los órganos estatales en sus manos durante décadas, podemos poner como ejemplos: el control de la Defensoría del Pueblo con Walter Albán, la Procuraduría General del Estado con José Ugaz, recientemente el Tribunal Constitucional con Marianella Ledesma, el Congreso con Mirtha Vásquez, la Sunedu con Francisco Sagasti, la Presidencia con Martín Vizcarra y el mismo Sagasti, el Ministerio Público con Pablo Sánchez y Zoraida Ávalos, la Policía Nacional del Perú con Gino Costa y Carlos Basombrío, el Poder Judicial con Elvia Barrios, entre otros. En el 2018 crearon en el gobierno de Vizcarra, mediante referéndum, la Junta Nacional de Justicia (JNJ).

La JNJ reemplazó al cuestionado Consejo Nacional de la Magistratura, pero se declaró autónoma en todos sus extremos, pretendió blindarse de todo control, a tal punto que el pueblo no puede elegirla por democracia directa mediante elecciones ni a través de democracia indirecta mediante los partidos políticos en el Parlamento. Ellos se eligen entre los ejecutores máximos del poder estatal, donde el pueblo no está representado.

La derecha parlamentaria planteó el desafuero de los miembros de la JNJ, encargándole a la Comisión de Justicia del Congreso una investigación sumaria bajo el argumento de faltas graves, que en realidad solo son chivos expiatorios, en el fondo la razón es la disputa interna del poder en un país donde la guerra jurídica desplazó a la guerra militar, marcando la cancha para perseguir y liquidar al adversario político y estas son las consecuencias. En antaño habría sido disputarse la jefatura del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

Los caviares que hablan como izquierdistas, pero no quieren refundar el país, no quieren cambiar la Constitución de 1993 y viven de las rentas extranjeras y estatales, recurren a un llamado al pueblo para que apoyen sus marchas y defiendan lo que ellos consideran una de sus últimas trincheras, la JNJ.

El pueblo no conoce qué es la JNJ, para qué sirve o quiénes la componen, estaría confundido como lo está cuando cree que los caviares son de izquierda. Cabe preguntarse si alguna vez la JNJ bajó a las regiones para interrogar al pueblo sobre la conducta de sus jueces y fiscales, claro que no.

A esta convocatoria caviar, que cuenta con un impresionante despliegue propagandístico de sus voceros como La República y el semanario Hildebrandt en sus Trece, han respondido, como era de esperar, las fuerzas políticas homólogas como Nuevo Perú liderado por Verónika Mendoza, el Partido Morado de Julio Guzmán y Sagasti, la facción caviar de la Iglesia católica con Pedro Barreto, para que pongan su carita de izquierdistas progresistas y con ello atraer a los social confusos.

En esta contradicción la verdad es que el pueblo no está disputando nada, esta es una disputa derecha-derecha, de la derecha oligárquica que pretende regresar al poder contra la derecha socialdemócrata o caviar que se aferra al poder. Los caviares con la carita angelical de sus líderes, pretenden utilizar al pueblo bajo el discurso de defender la democracia, la separación de poderes, la autonomía de la justicia, contra el autoritarismo y demás retóricas.

Al convocar al pueblo la clase dominante aparenta que este es el que debe resolver la contradicción, pero como hemos dicho, la contradicción es entre la derecha y los caviares, que es ajena a las verdaderas contradicciones del pueblo contra sus opresores. La contradicción que tiene que resolver el pueblo es cómo hace para que termine el estado de explotación y marginación en que viven por cientos de años, cómo hace para que sus contribuciones gravadas mediante impuestos les refleje cada día un mejor estatus de vida, cómo garantiza un mejor porvenir para su prole, cómo hace para recuperar su poder político confiscado innumerables veces, cómo crea las condiciones para refundar el país mediante una Asamblea Constituyente que les garantice un gobierno y un Estado que realmente los represente. Nada de esto les resuelve la JNJ.

Lo cierto es que el pueblo no tiene vela en este entierro porque no es parte del poder, no tiene nada que perder ni ganar, cualquiera que sea el resultado respecto a la investigación sumaria de la JNJ. Los caviares sí tienen mucho que perder y su homólogo, la derecha oligárquica, también tiene mucho que ganar, contradicción que tendrán que resolverla ellos, porque contradicción que no se resuelve, se agudiza, pudiendo marcar el inicio del fin de un ciclo.

Vladimir Cerrón Rojas – Presidente de Perú Libre

 

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