Por sucesión constitucional, la señora Ercilia Dina Boluarte Zegarra, ha asumido la Presidencia de la República, debido a la declaración de vacancia del cargo de Presidente, en contra del Prof. José Pedro Castillo Terrones, por la causal de permanente incapacidad moral; a raíz del anuncio de disolver el Congreso de la República, convocatoria a nuevas elecciones congresales con facultades constituyentes y reorganización del Poder Judicial, Ministerio Público, Junta Nacional de Justicia y Tribunal Constitucional; en transgresión de la Constitución.

Ante lo cual, se pronunciaron rechazando el “golpe de estado”, las instituciones democráticas: Poder Judicial, Ministerio Público, Tribunal Constitucional, Junta Nacional de Justicia, FFAA, PNP, centrales sindicales, gremios empresariales. El Congreso de la República planteó la vacancia directa, siendo aprobada por mayoría calificada.

¿Nos debe enorgullecer la democracia peruana? A pesar de los severos cuestionamientos efectuados por la derecha y la izquierda, no obstante, las críticas de politólogos y la insatisfacción de los ciudadanos. La respuesta es afirmativa: Sí. Se acabaron los golpes de estado financiados por las oligarquías; quedó sepultado el militarismo de generales fascistas; se derrotó al terrorismo senderista y emerretista; se enjuició y condenó a los golpistas fujimoristas del 5 de abril de 1992; el conspirador de hoy, está siendo investigado por la Fiscalía de la Nación. Ello implica, reconocer un avance significativo en la democratización de las FFAA y PNP, como de las organizaciones laborales y económicas.

Lo curioso, no debemos tomarlo a la ligera, son las violentas protestas desatadas, agitando distorsionado, el derecho de insurgencia, con: bloqueo de carreteras; incendios de Fiscalías y Juzgados; daños de Aeropuertos; y destrucción de centros industriales. Mediante sus voceros parlamentarios, invocaban “restituir el orden constitucional”, exigiendo: cierre del Congreso, renuncia de la Presidenta Dina Boluarte, liberación de Pedro Castillo, convocatoria a Asamblea Constituyente y adelanto de Elecciones Generales. Improcedentes constitucionalmente, hablando. La democracia peruana, en los hechos se ha salvado, falta salvarla en la conciencia de sectores importantes de la sociedad.

Edgar Lajo Paredes – Abogado