Kuczynski renunciado, Vizcarra vacado, Pedro Castillo se queda

Imagen: Andina
Lo que no debemos olvidar: En las elecciones generales del 2016, la derecha, en la primera vuelta obtuvo 60% de votos (Keiko Fujimori 39% y Kuczynski 21%), y 93 congresistas (FP 73 y PPK 20), una mayoría calificada. La segunda vuelta, como nunca ¡fue entre dos neoliberales! No hubo polarización política, derecha e izquierda, ¡ambos eran de derecha! No hubo polarización ideológica, neoliberalismo y socialismo ¡ambos eran neoliberales! No hubo polarización constitucional, nueva Constitución e intangibilidad de la Constitución del 93 ¡ambos eran intangibilidad de la Constitución del 93.
No hubo polarización programática, libre mercado y estatismo ¡ambos eran libremercadistas! Con ese respaldo popular y con esa numerosa bancada parlamentaria, pudieron ponerse de acuerdo celebrar un Pacto de Gobernabilidad y hacer grandes cosas por el Perú. Pero, se dedicaron a enfrentarse suicidamente y perdieron una inesperada oportunidad histórica que nunca antes la tuvieron y jamás la volverán a tener. Lo que pasó en ese quinquenio fue fatídico:
La propia derecha fujimorista, empujó al derechista Pedro Pablo Kuczynski a renunciar a la Presidencia de la República. Es decir, la derecha neoliberal ¡se hizo harakiri! El Congreso post disolución vizcarrista, vacó con 105 votos a Martín Vizcarra. Es decir, el soberbio lagarto que se creyó intocable e invencible ¡fue vacado! Por el Parlamento que él mismo alentó.
Manuel Merino, de Acción Popular, al ser presidente del Congreso, por sucesión constitucional asumió la Presidencia de la República. Se desató una protesta bien orquestada. A la semana renunció. Negociaciones y traiciones en el Congreso de la Pandemia, acordaron elegir a Rocío Silva Santisteban presidenta del Parlamento. Sus promotores ¡No votaron por ella! Luego, eligieron a Francisco Sagasti. Estuvo lejos de emular al impecable Valentín Paniagua, presidente de la transición democrática (2000 – 2001).
La derecha desencantó al pueblo, éste optó por elegir a Pedro Castillo: provinciano, profesor, sindicalista, rondero, y sin vínculos con la fracasada clase política limeña. La derecha hoy no tiene autoridad moral para hablar de democracia.
Edgar Lajo Paredes – Abogado