La Lengua Quichua

Hugo Amanque Chaiñanoviembre 29, 20245min0
Hugo Amanque Chaiñanoviembre 29, 20245min0

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La Lengua Quichua

el quechua

Las lenguas americanas han sido juzgadas como bárbaras por los inmigrantes del Viejo Mundo, pese a que los imperios de México y Perú sobrepujaban a las demás naciones del Nuevo Mundo, procediéndose sin justicia para estas naciones. La apatía orgullosa de los europeos son la causa de la privación de tesoros científicos y literarios destruidos por la intolerancia y el poco aprecio que se hace del estudio de las lenguas de estos dos países, idiomas que hablaron sus habitantes.

La lengua es una estratificación que revela al erudito, la índole, la cultura y diversas evoluciones históricas del pueblo que hizo uso de ella. Indican las variaciones del pensamiento, los sentimientos, aspiraciones y aún las costumbres nacionales. Las inmigraciones del antiguo continente fueron de influencia insensible respecto a las lenguas amerindias. El quichua, lengua propia, originaria del alto Apurímac y del Urubamba.

Sustituyó en muchas regiones el aimara y otras lenguas y se extendió con el Imperio Inca por los Andes y la costa del Pacífico. Imponiendo una lengua y cultura común. Los quechuas viven de la agricultura y ganadería, los métodos de cultivo son similares a los de la época incaica: andenes o terrazas, uso de la taclla. Son artesanos, tienen cerámica polícroma, pirograbados, joyas de oro plata y cobre, talla en madera.

Por lo tocante a las voces en lengua quichua, no hay media docena que sean análogas, tanto en el sonido como en el sentido, y las diferencias gramaticales son sumamente importantes. El quichua tiene una declinación completa mediante ciertas partículas pospuestas al nombre. Tiene pronombres personales primitivos, y pronombres posesivos inseparables del nombre que no tienen relación con aquéllos, y que siempre son pospuestos al nombre, o en la conjugación, teniendo lugar del pronombre personal al verbo.

La lengua quichua tiene un sistema de números tan completos que permite expresar cualquier cantidad aritmética. Tiene una conjugación muy perfeccionada, y tiempos y modos más completos que muchas de las más cultivadas del antiguo continente. En su obra sobre la lengua quichua, De Tschudy, la llama conjugación del objeto personal.

El quichua tiene ciertas particularidades, por ejemplo: «cosa» significa marido, y el afijo «ntin» incluyendo la noción de juntura o unión, «cosantin» significa el marido con su mujer; «hacha» significa el árbol, y «hachantin» el árbol con sus raíces. Según los sexos, dice el hermano hablando de su hermana «panay» (mi hermana), mientras que la hermana dice en el mismo caso «ñañay» (mi hermana): la hermana dice hablando de su hermano «huayquey» (mi hermano), mientras que para indicar la misma persona dice el hermano «llocsimasihuauquey (mi hermano).

El padre dice al hijo «churiy» (hijo mío) y la madre «karihuahuay» (hijo mío): el padre dice a su hija «ususiy» (hija mía) y la madre la llama «huarmahuahuay» (hija mía). También hay diferencias si son los tíos los que hablan, y si éstos son por parte de padre o de madre. No es necesario observar que esta copiosa abundancia de palabras engendra una variedad extraordinaria en el discurso, sin embargo, se distingue la lengua quichua por la energía y concisión excediendo en estas calidades a las más perfectas de Europa. ¡Y estas lenguas son llamadas bárbaras!

Ojalá que algún peruano erudito verdaderamente patriota se dedicase al estudio de la lengua quichua y procurase echar los fundamentos de una literatura en idioma tan precioso y singular del que debieran ufanarse y no avergonzarse los hijos de la antigua monarquía de los Incas. (Como fuente se cita a Mariano Eduardo de Rivero y Ustáriz, «Antigüedades Peruanas», 1851 – Arequipa, 1958).

Javier Azalgara Neira – Abogado – Bachiller en Humanidades

 

Hugo Amanque Chaiña


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