Cerrón propone crear Escuela Nacional de Criminología y Ciencias Penitenciarias

El congresista Waldemar Cerrón presentó el proyecto que tiene por objeto crear la escuela nacional de criminología y penitenciaria del Perú a fin de dotar de un mayor conocimiento, preparación mediante especialización con la finalidad de que el egresado salga con título a nombre de la nación de criminólogo en ciencias penitenciarias, para la formación de personal técnico con 3 años y personal oficial con 5 años.
El proyecto precisa que se declare de necesidad pública la creación de la Escuela Nacional de Criminología, Ciencias Penitenciarias de Técnicos y Oficiales Penitenciarios del Perú, sobre la base del Centro Nacional de Estudios Criminológicos y Penitenciarios, y con filial en el distrito de Ate, dentro del departamento de Lima.
En la exposición de motivos, el proyecto de ley de Cerrón, señal que la población penitenciaria total en el Perú, a enero de 2024, es de 180,061 personas. De este total, 94,911 individuos se encuentran en establecimientos penitenciarios, esto sea por estar procesados o sentenciados con penas privativas de libertad. Los procesados suman 34,452, mientras que los sentenciados alcanzan los 60,459.
Esta población es aquella que cumple penas intramuros, es decir, dentro de los centros penitenciarios3. Por otro lado, se tiene que 85,150 personas pertenecen a la población extramuros, lo que significa que han sido liberadas bajo algún beneficio penitenciario, como la semilibertad o la liberación condicional, o que han sido sentenciadas a penas limitativas de derechos (como la prestación de servicios a la comunidad) o a medidas alternativas, como la suspensión de la ejecución de la pena o la vigilancia electrónica personal.
Cerraron señala que la implementación de esta escuela también pretende reducir los altos índices de corrupción dentro y fuera, así como también los índices de violencia de los establecimientos penitenciarios. Los recientes ataques a personal del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) revelan un vacío en la formación de los agentes que, además de exponerse a riesgos físicos, deben lidiar con la falta de valores adecuados para hacer frente a situaciones de crisis. Con la formación que ofrece esta escuela, se fortalecerán los mecanismos de prevención y control, y se dotará al personal de los conocimientos necesarios para actuar de manera eficiente en situaciones de alta peligrosidad.
Foto El Peruano