No debe cambiarse nombre de Ministerio de la Mujer ante altos índices de feminicidios afirma Dra. Teresa Arrieta

En el último siglo hubo notables avances de las mujeres en el mundo ya que hoy destacan en todas las profesiones, pero siempre deben capacitarse para no depender económicamente de los varones. Así lo afirmó la Dra. Teresa Arrieta, Doctora en Filosofia y Ex Decana de la Facultad de Filosofia de la UNSA en entrevista concedida al portal digital Arequipa Misti Press, al recordarse el Día Internacional de la Mujer. Agregó que no debe modificarse el nombre del Ministerio de la Mujer por Ministerio de la Familia ya que hay múltiples casos de violencia y feminicidios en el país, al tiempo de solicitar a las mujeres y sociedad peruana recuperar los valores tradicionales.
Dra. Teresa Arrieta. ¿Históricamente se han registrado avances, retrocesos o estancamiento de las mujeres en el mundo?
En tiempos antiguos cuando había cazadores y recolectores en la humanidad, no había una diferencia mayor de roles entre el varón y la mujer. Eso cambia cuando viene la vida sedentaria y la propiedad, cambia ese rol, porque la mujer se queda en el refugio y el varón sale a cazar. Nosotros somos herederos de la tradición griega donde las mujeres no tenían voz, ni voto y eran consideradas como inferiores a los hombres, por lo que permanecían bajo la tutela de sus maridos o hijos mayores de 14 años, ya que ellos consideraban que ellas tenían mentalidad inferior y debían permanecer en sus casas. Algunas pocas mujeres que eran más o menos ilustradas, eran las cortesanas que no eran virtuosas. Había mujeres públicas – no virtuosas- y mujeres privadas -virtuosas. En la edad medieval se castigaba el adulterio de la mujer con la pena de muerte y se imponían castigos relativamente leves al varón porque se consideraba que estaba atentado contra la propiedad de otro hombre, ya que ellos estaban convencidos que las mujeres eran inferiores a los hombres y constituían su propiedad. En el periodo del renacimiento, el humanismo toma a Maria como modelo de virtudes y requerían de la mujer ser modesta y obediente, siempre supeditada al varón. En la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, se habla solo de los varones. En la democracia griega no estaban considerados como ciudadanos: los esclavos, las mujeres, los niños ni los extranjeros. Era un atrevimiento exigir que la mujer tuviera iguales derechos que los varones. Es decir, hubo una postergación histórica de las mujeres en el mundo.
¿En la última centuria en qué sectores o profesiones han avanzado o estancado las mujeres?
Con el feminismo, ya en el siglo XX hubo avances, cuando ellas comienzan a trabajar para lograr su independencia económica y apoyar a sus maridos e hijos. Era una independencia económica relativa con sueldos menores que el varón. Se les dota del derecho de sufragio en la primera ola del siglo XX al que inicialmente no tenían acceso, pero en la segunda ola en la década del sesenta al noventa se logran conquistas en derechos sexuales y reproductivos. En la tercera ola del siglo XX después del noventa en el postmodernismo se desestabilizan muchos constructos como la mujer universal, con diversos matices. Esta tercera ola reconoce la belleza femenina y se logra la identidad de género. El 2008 surge la cuarta ola donde se exige que acabe el abuso sexual, la violencia, la pensión de las mujeres, entre otras exigencias. Sin duda, que se ha registrado un avance en la última centuria y se conquistaron muchas cosas en el último medio siglo.
En el Perú del bicentenario hemos tenido 12 Constituciones Políticas. En la décima Constitución de 1933, ya se reconocía que las mujeres tenían los mismos derechos que los varones, sin embargo, esos derechos no eran ejercidos en los hechos porque no había una ley que regule el derecho a elegir y ser elegidas las mujeres en cargos públicos. Fue recién en 1956 en el gobierno de Manuel A. Odría mediante presión de mujeres profesionales, se aprueba una ley donde se logra dicho objetivo y por primera vez las mujeres eran elegidas al parlamento nacional. ¿Qué revela eso para usted Dra. Teresa?
Eso confirma que muchas cosas escritas en la ley no se cumplen en la práctica, pero también confirma la lucha de las mujeres por avanzar en el reconocimiento de sus derechos. Es un avance importante derecho al voto ya que significa que se les considera como ciudadanas, facultadas para elegir y ser elegidas. En la actual Constitución, que reconoce iguales derechos a varones y mujeres, se logra un avance; sin embargo, yo veo que sigue predominando un sentido machista: si a algún hombre se le pregunta si las mujeres tienen derecho a participar en política van a responder que sí. Pero si le preguntas a un varón si su esposa debería participar en política, responde: no, mi esposa no. Ello revela un doble mensaje a la sociedad, ya que, subliminalmente, el marido sigue considerando a la mujer como su propiedad. Se ha avanzado y hay que reconocerlo porque hoy en el hogar no todas las tareas tienen que ejecutarlas las mujeres; los esposos jóvenes ayudan cada vez más. Antes, en algunos hogares con solvencia económica había empleadas y las dueñas de la casa solo supervisaban el trabajo de sus empleadas, pero en los hogares pobres las mujeres tenían que trabajar, cocinar, planchar, limpiar, cuidar a sus hijos y, prácticamente, no descansaban.
En la última década se ha creado el Ministerio de la Mujer, se aprobó la ley de igualdad de oportunidades entre varones y mujeres y otra ley de paridad en listas para elecciones políticas. Pese a estos avances, en el Congreso que tiene 130 congresistas, menos del 25% son legisladoras femeninas pese a que la mitad del país son mujeres. ¿Qué explicación les encuentra a estos datos?
En realidad, en el caso de Arequipa eso también es visible. Ud. Me comentaba Hugo que de 79 congresistas arequipeños que hemos tenido en el Congreso desde 1980 al 2024, sólo 10 eran mujeres y 69 eran varones, eso significa menos del 15% fueron legisladoras por la blanca ciudad y eso es preocupante. Creo que ello se debe que el campo de la política está maleado, diría que la mayoría ve la política como una manera de incrementar sus ingresos, es decir yo invierto en la campaña electoral y lo recupero en el poder sobradamente. Una mujer es más vulnerable y prefieren evitar ese campo. Creo que las mujeres que ingresaron a la política no dieron un gran ejemplo como tendría que haber sido. Una mujer debería ser idónea para las tareas públicas y ser más honesta que los varones; al principio era así, pero últimamente ya no se nota la diferencia, la corrupción va igual en ambos sexos. Por otro lado, pienso que continua la idea de que lo público es la política y lo privado es la casa, pensándose, de manera sutil, que la mujer debe estar en el campo privado y no en el campo público de la política.
¿Qué mujeres a nivel nacional o de Arequipa recuerda usted que más aportaron al desarrollo de dicho género?
Honestamente no viene a mi mente el nombre de una política en la que yo podría poner la mano al fuego. Creo que Yamila Osorio fue la primera gobernadora en Arequipa y fue un avance político; por otro lado, la Dra. Ana María Gutiérrez ha sido la primera en alcanzar el Vicerrectorado Académico en la UNSA, eso es otro avance. Fíjese usted que no tenemos aún una Rectora en Arequipa. Sin embargo, en el campo profesional si hay muchas damas que destacan. A raíz de la elaboración de un libro que espero publicar a fines del mes de marzo, he conocido a mujeres valiosas que crean y participan en diversas asociaciones que se han formado en las últimas décadas. Dentro de ellas, hay mujeres que contribuyeron y contribuyen en el campo cultural, como Patricia Roberts; ella ha escrito excelente poesía. En el campo de la ayuda social, hay varias mujeres que participan en los comedores populares y las ollas comunes que realizan una labor solidaria admirable. Otras trabajan asuntos de género como Maria Elena Alegre que fue una de las primeras feministas en Arequipa y continúa su activismo. Hubo una generación con profundo espíritu social, que sigue participando en diversas asociaciones. También hoy hay mujeres jóvenes que son profesionales y se comprometen en tareas culturales, sociales y de género, planteándose objetivos que van cumpliendo.
¿En qué sectores, categorías o profesiones las mujeres han avanzado y en que se han estancado últimamente?
Pienso que la mujer puede estar en cualquier campo. Hoy tenemos a mujeres como ingenieras de minas, cuando antes era una profesión copada por los varones, esas barreras se han diluido y puede estar en cualquier profesión. Sin embargo, hay que reconocer que algunas profesiones en donde predominan las mujeres, generalmente, no son bien remuneradas. Por ejemplo, hay más mujeres enfermeras y ganan menos que las mujeres médicas. Donde sí ha florecido la mujer es en el campo artístico con varias poetas y escritoras. En el campo de la investigación también han avanzado; así como en el acceso a las matemáticas, la computación y las ingenierías, donde cada vez se encuentran más mujeres. Así, las mujeres van avanzado en campos que antes eran exclusivamente de los varones. Eso da mucho gusto, pero en lo que no veo avance es en la lucha contra la violencia; hay varones que siguen creyendo que las mujeres forman parte de su propiedad y desterrar esa idea es difícil en nuestra sociedad. La mujer tiene que definir su independencia económica y sentimental y se debe respetar su facultad de decir no a una relación que le resulta tóxica sin el miedo a generar respuestas violentas que pueden incluso terminar en feminicidios.
En la última década se ha incrementado estadísticamente los feminicidios y la violencia contra las mujeres. ¿Cree usted que el Estado y sus niveles de gobierno han hecho esfuerzos suficientes para reducir ese flagelo o no?
Honestamente el Estado no hace lo mínimo para proteger a las mujeres, para empezar, no hay refugios suficientes o albergues para protegerlas cuando deciden abandonar a sus parejas. Por otro lado, una mujer víctima de violencia cuando hace las denuncias en los puestos policiales lejos de recibir una respuesta empática, las hacen sentir culpables. Las mujeres violentadas en sus denuncias deberían ser atendidas por policías mujeres. Por lo general, hay, lamentablemente, una dependencia económica del marido y no pueden enfrentarse a él porque tienen varios hijos que solas no pueden mantener. Pero también hay mujeres que luchan y se esfuerzan y buscan emprendimientos para cubrir sus necesidades económicas. El amor por sus hijos las hace esforzarse para conseguir recursos. Yo siento que es una vergüenza que en nuestro Congreso se otorguen bonos a ellos y a sus trabajadores. Ha sido una bofetada para los pobres el bono de S/. 9,000 que se dieron, cuando mucha gente apenas con mucho esfuerzo gana lo indispensable para sobrevivir. Lo mismo sucede con la Contraloría y Petroperú que gozan de excesivos beneficios. Nuestros impuestos no deben servir para mantener privilegios a costa de privar a los ciudadanos más necesitados de lo más indispensable.
En el Congreso se han presentado proyectos de ley por parlamentarios conservadores e incluso mujeres que quieren cambiar la denominación del Ministerio de la Mujer por el Ministerio de la Familia. ¿Cuál es su opinión sobre este tema?
Es el machismo oculto que tenemos en el siglo XXI, aunque no lo digan abiertamente, no se quiere dar a la mujer el lugar que les corresponde. Si se apoya a la mujer, se está apoyando a la familia y al progreso de la nación. Hablar del Ministerio de la Familia es cerrar los ojos a la problemática grave que hoy pasa la mujer peruana y sus hijos. La familia la componen el esposo, la esposa y los hijos. Hay varones y mujeres abandonados, pero la problemática más grave es la de la mujer ¿Cómo pretendemos cerrar un Ministerio de la Mujer si hoy tenemos altos índices de violencia y feminicidios? En estas circunstancias, no colocar en el vértice de importancia a la mujer me parece completamente absurdo. El nombre de “Ministerio de la Mujer” simboliza mucho y no se puede cerrar los ojos a la realidad de violencia exacerbada contra la mujer que caracteriza a la realidad hoy.
El Ministerio de la Mujer ha creado el Consejo Nacional de las Mujeres que se instalará el 08 de marzo, tiene 12 representantes mujeres de diversas instituciones y deberá emitir reportes cada seis meses sobre temas específicos relacionados a la problemática de la mujer peruana. ¿Es positiva o no la creación del Consejo Nacional de las Mujeres?
A primera vista me parece que es positivo, no conozco detalles de dicha comisión ni sus funciones específicas; con todo, considero que simplemente emitir reportes es un primer paso, pero no es suficiente, se requieren medidas acertadas que solucionen los problemas encontrados. Veremos esos informes más adelante y confío en que trabajen equipos multidisciplinarios con profesional capaces. Los problemas de la mujer son muy complejos, de manera que precisan de muchos enfoques. La idea me parece buena; ojalá que sus acciones sean transparentes y que esté bien implementada para solucionar gradualmente los problemas; o si no será una institución más que da empleo a las amistades del gobierno y que carece de impacto social; ojalá que de manera científica se busquen soluciones a la problemática de la mujer peruana.
¿Cuál sería su reflexión final a propósito del día internacional de la mujer a las niñas, jóvenes y adultas?
La mujer tiene la necesidad de capacitarse cada vez más, hoy tenemos una sociedad cambiante; en el siglo XXI abunda la información, de manera que es preciso saber distinguir el trigo de la paja. Otro reto que tenemos es el calentamiento global que es algo real y el daño que le hacemos a la naturaleza hoy es visible, estamos sufriendo las consecuencias. No podemos ignorar nuestra responsabilidad con nuestra madre tierra. El mundo nos ofrece mil oportunidades, ciertamente, pero son para las personas capacitadas y es una lucha contra el tiempo. Hay valores tradicionales que hoy estamos perdiendo, uno de ellos es el valor de la verdad; un niño latino puede decirle medio en broma “no seas mentiroso” y no pasa nada. En EE.UU. si un niño le dice a otro “lier” se arma una pelea. La mentira pareciera que se ha vuelto algo natural, habitual y eso es muy grave porque se está destruyendo el nivel de confianza mínimo que se requiere para que una sociedad funcione adecuadamente. Otro valor es el valor del bien, ligado al altruismo; estamos en una sociedad crecientemente egoísta; no debemos ignorar a los demás, debemos rescatar el altruismo. Asimismo, es importante el valor de la belleza, que la podemos encontrar en la naturaleza, gozar del sol, del mar, de las lluvias e incluso de las arrugas de nuestras ancianas. Otro valor es la justicia, no todos somos iguales; en verdad cada cual es único, pero debemos exigir igualdad de oportunidades, de derechos y lo que vemos son tremendas desigualdades, la pobreza se ha extendida en el país, así como la corrupción; son millones de soles que el Perú pierde por este cáncer y que servirían, para mejorar los servicios de salud y de educación; es necesario desterrarla ya que daña significativamente al Estado y la sociedad.