¿Los congresistas Medina y Paredes merecían la distinción de Doctor Honoris Causa?
Regional de Piura
El Doctor Honoris Causa no es un grado académico en sí en el sistema universitario. Es más bien un título honorífico que concede una universidad a una personalidad eminente e intachable que haya destacado en la sociedad y que no necesariamente es profesional o licenciado de un centro superior de estudios. Es un reconocimiento del ámbito académico al ciudadano o ciudadana que se haya conducido en diversos sectores en forma irreprochable y ejemplar a favor de la sociedad y el estado en su especialidad.
Es la persona que trasciende la vida académica y con sus conocimientos o acciones, ha contribuido al Estado y sociedad sea en su especialidad o en forma genérica, en la comunidad científica, política, artística, literaria, jurídica, cultural, social o las humanidades. Es decir, se concede Doctor Honoris Causa a una eminencia, lo que supone distinguir, a una persona sabia, virtuosa, inteligente y sociable, que ha respetado los valores y principios universales y es un referente nacional e internacional.
El término “doctor honoris causa”, es una locución latina que significa “causa de honor”, por lo tanto, es una cualidad especial hacia el homenajeado que le tributa una universidad como testimonio especial a su reconocida trayectoria a una persona por haber trascendido la esfera académica y haber sobresalido en la sociedad.
Antiguamente, a los “doctores honoris causa” al momento de investirlos como tal, se les entregaba el birrete, el anillo, los guantes y el libro abierto de secretos de la ciencia. Ese protocolo aún se practica hoy en algunas universidades europeas, cuyas ceremonias revisten de mucha solemnidad y es todo lo contrario a los actos protocolares de las universidades latinoamericanas donde hay mucha flexibilidad. Cada universidad tiene su respectivo protocolo para estas ceremonias especiales.
En las universidades españolas hay mucho rigor en la calificación para los candidatos a Doctor Honoris Causa. La petición tiene que efectuarla el Decano de una Facultad, cuya evaluación pasa a una Comisión Permanente de Distinciones, antes quienes hay que sustentar las razones de la pretendida distinción. Una vez que esta comisión emite un dictamen favorable, uno de sus representantes lo sustenta ante las máximas autoridades universitarias en una sesión extraordinaria, quienes pueden aprobar o desaprobar dicha petición.
No solo eso, sino que el candidato a Honoris Causa tiene que tener un Padrino, que debe ser un prestigiado profesional que de testimonio del aporte que hizo el ciudadano o ciudadana a favor de la universidad, el estado o la sociedad. El padrino acompañará a su ahijado o candidato a doctor honoris causa en cada uno de los actos protocolares desde que se inicia hasta que culmina la ceremonia de distinción.
En las ultimas décadas, a nivel internacional, Nelson Mandela, Bill Clinton, Gabriel García Márquez, Baltasar Garzón, Michael Bachelet y otras destacadas personalidades del mundo, obtuvieron está distinción por parte de las mejores universidades. Pero, con seguridad Mandela fue el más distinguido en 32 ocasiones, ya que nunca utilizó la violencia para protestar contra el racismo en su patria en tres décadas pese a que estuvo dominado por los ingleses y estuvo preso por varios años.
En el Perú, los más laureados fueron el novelista Mario Vargas Llosa y el embajador Javier Pérez de Cuellar quienes recibieron distinciones de universidades de los cinco continentes como reconocimiento a su aporte a las letras y a la diplomacia.
Lo anteriormente descrito, tiene que ver con la noticia difundida diás atrás cuando se dio cuenta que la Universidad Nacional de Piura, distinguió en una ceremonia especial como Doctor Honoris Causa a los congresistas por Arequipa, Esdras Medina y Alex Paredes.
¿Cuál fue el merito´o la justificación para dichas distinciones? Según la resolución emitida por la universidad estatal, “por haber efectuado una ardua lucha en el seno de la Comisión de Educación y en el Pleno del Congreso, con la finalidad de reinvindicar la autonomía universitaria y la dación de la Ley 31520 que reestablece la autonomía e insitucionalidad de las universidades peruanas”.
En síntesis, la distinción concedida fue por haber promovido a nuestro juicio personal, una ley que debilita la función de fiscalización de las universidades cuyos rectores creen que deben ser “una isla en el Estado” al que SUNEDU no puede entrometerse, norma legal que ha sido rechazada por las universidades de mayor prestigio académico del Perú en varios comunicados en los últimos meses.
Medina ni Paredes, no han hecho ningun merito extraordinario, pero tampoco han demostrado que son personas intachables ni son personalidades que hayan destacado en la vida academica ni en la sociedad con aportes invalorables que los ciudadanos tengan que reconocer.
Esdras Medina en menos de diez años, militó en cinco organizaciones políticas y no es un referente politico para los jovenes y se cambió de camiseta política como cuando uno se cambia de calzoncillo y por eso es uno de los actuales “otorongos” y el más transfuga de la actual representación parlamentaria mistiana.
Medina, año 2014, nació políticamente en el Movimiento Regional “Arequipa Cuenta Conmigo”, que tenía como presidente a Bernardo Arcadio Tolentino Mendoza que surgió para competir en las elecciones municipales y regionales 2014. Pero, meses después se incorporó al partido politico “Vamos Perú” que lideraba el ex alcalde de Callao, Juan Sotomayor. Se inscribió para competir en las elecciones municipales 2014, siendo elegido regidor de la Municipalidad Provincial de Arequipa para el periodo 2015-2018 donde fue elegido como alcalde provincial de Arequipa el alcalde, Alfredo Zegarra del Movimiento Regional RENACE.
Culminada su gestión como regidor provincial, el año 2018, se incorporó al partido politico “Renacimiento Unido Nacional” que tenía como presidente a Ciro Gálvez, Notario Público que reivindicaba sus raíces indígenas. El año 2020 se inscribió en el partido politico ultraconservador de “Renovación Nacional” de Rafael López Aliaga, se presentó como candidato al Congreso con el N° 1, siendo elegido como congresista por Arequipa para el periodo 2021-2026 con 14,982 votos.
El mes de julio del año 2022, renunció a “Renovación Nacional” a diez días de la elección a la presidencia del Congreso en julio del 2022.Una semana antes de las elecciones 2022 a la mesa directiva del Congreso, se afilió al partido politico, “Somos Perú”, donde fue candidato a la presidencia del parlamento nacional, donde se registraron cuatro listas.
El 7 de junio del año vigente 2023, Medina, renunció por escrito a “Somos Perú” y adujo en su carta dirigida al Oficial Mayor del Congreso que se debía a “motivaciones estrictamente personales y de conciencia”.
Un mes después, el 07 de julio del 2023, cinco parlamentarios informaron al Oficial Mayor del Congreso, que registre a la nueva bancada parlamentaria denominada “Unidad y Dialogo Parlamentario” a dos semanas antes de elegirse a la nueva mesa directiva del Congreso para el periodo 2023-2024. Dicha bancada la integraban los congresistas, Esdras Medina, Juan Burgos, Katy Ugarte, Luis Cordero y Maria del Pilar Cordero. Medina hoy está con su sexta camiseta política.
Nunca he visto desde 1980, cuando retornó la democracia al país hasta el año 2023, que un politico arequipeño en apenas dos años ha pasado por tres bloques parlamentarios diferentes y en diez años ha militado en seis organizaciones políticas, sin ningún pudor, ni vergüenza, ni decoro personal. Lo más grave, sin ningún tipo de explicación o fundamentación a sus electores de Arequipa. ¿Puede un transfuga ser distinguido como Doctor Honoris Causa? ¿Es un buen referente politico, academico o social Medina para la sociedad peruana?
El otro congresista, Alex Paredes, según el dirigente sindical del SUTEP, Hammer Villena, ejerció la docencia sin tener titulo profesional laborando en un colegio con un diploma de egresado de una universidad particular y cobrando un sueldo por más de 18 años en la decada del noventa, lo que sería irregular según la legislación. Paredes, adujo que las denuncias contra su persona son por haber denunciado malos manejos económicos en la Derrama Magisterial que controla el SUTEP.
No soy mezquino, ni egoísta, menos ingrato y trato siempre de ser ponderado y mesurado en mis comentarios y creo en la frase bíblica, “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Sin embargo, creo que la distinción de Honoris Causa no la merecían ambos legisladores.
Este caso pone en evidencia una vez más lo que los rectores de algunas universidades consideran la “autonomía universitaria”, cuya ley impulsaron Medina y Paredes desde el Congreso con la complicidad de una minoría de universidades que tuvieron problemas para obtener el licenciamiento institucional de SUNEDU. Es decir, para “regalar las distinciones” como casinos como acaba de suceder con la Universidad Nacional de Piura.
No tengo duda que las prestigiadas, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, ni la Pontificia Universidad Catolica del Perú, jamás entregarían distinciones como Honoris Causa a personas que no han hecho ningun merito extraordinario académico o social en beneficio de la humanidad como los congresistas aludidos anteriormente. No hay punto de comparación con las distinciones a personalidades mundiales como, Nelson Mandela, Gabriel Garcia Marquez, Michel Bachelete, Mario Vargas Llosa, etc.
La “autonomía universitaria” no puede ser utilizado como un “cheqe en blanco” para pagar favores políticos como ha sucedido en forma reciente y solo en forma excepcional podría otorgarse a politicos con valores morales y principios éticos visibles a quienes han hecho aportes extraordinarios e invaluables a favor de la sociedad y humanidad.
Hugo Amanque Chaiña – Periodista y Abogado