La Navidad y el genocidio contra los palestinos
El mundo cristiano se prepara para celebrar, diferentes maneras, la Noche del nacimiento del Niño Jesús, ocasión en que se resalta la importancia de la paz en la tierra entre los hombres de buena voluntad, que trabajan para construir un mundo más humano y justo. Sin embargo, la comunidad internacional ve con asombro cómo se ha desencadenado un genocidio contra el pueblo palestino, que habita en la Franja de Gaza, que tenía una población de dos millones y medio de habitantes, quienes no son responsables de los ataques perpetrados, el 7 de octubre del 2023, por la organización fundamentalista islámica Hamás a Israel.
Las milicias del movimiento islamista emprendieron uno de los mayores ataques que se recuerdan, al lanzar miles de cohetes contra el Sur de Israel y grandes núcleos urbanos como Jerusalén y Tele Aviv acompañados de una incursión de cientos de efectivos en las localidades fronterizas. Las acciones bélicas dejaron un saldo de 1.400 personas muertas en sus casas, en un festival de música y en las calles. Tras este hecho Israel le declaró la guerra a Hamás, que no reconoce el derecho de Israel a existir como Estado y plantea expulsar a los judíos de la región y crear un Estado Palestino desde el mediterráneo oriental hasta el río Jordán.
Esta organización paramilitar, contribuyó a profundizar más, una escalada de violencia entre Israel y Palestina, consecuencia de décadas de prácticas israelíes de ocupación ilegal y colonización, en flagrante violación de los derechos inalienables del pueblo palestino en su propio territorio, así como del prolongado irrespeto de los Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, incluidas numerosas resoluciones pertinentes de la ONU.
La Organización de Naciones Unidas rechaza, y ha rechazado siempre, la muerte de civiles y personas inocentes de todas las partes involucradas en este conflicto, sin diferenciar etnia, nacionalidad o fe religiosa y condena en los términos más enérgicos los asesinatos de civiles, especialmente de mujeres, niños y de trabajadores humanitarios del sistema de Naciones Unidas; así como los bombardeos indiscriminados contra la población en Gaza y la destrucción de viviendas, hospitales e infraestructura civil y privación de los servicios de agua, electricidad y combustible a la población de Gaza, acciones que constituyen graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario.
La Organización de Naciones Unidas ha realizado un llamado urgente al cese al fuego y a facilitar de inmediato la entrada de ayuda humanitaria a Gaza.
Desde que Israel comenzó la ocupación y bombardeo a la Franja de Gaza se han registrado 20.000 muertos de los cuales el 70% son mujeres, niñas y niños. En el Norte de la Franja de Gaza no funcionan los hospitales y se ha provocado la muerte de 283 miembros del personal de salud, y la destrucción de 56 ambulancias y de 56 instituciones sanitarias, dejando fuera de servicio a 20 hospitales y 46 centros de atención primaria. El conflicto ha provocado 42.000 personas heridas y más de 7.200 víctimas desaparecidas bajo los escombros, y forzaron a desplazarse hacia el Sur y abandonar sus hogares al 70% de la población .
Por más de 75 años los palestinos han sufrido el asedio, los ataques y la ocupación de las fuerzas militares israelíes, violando los derechos humanos en la Franja de Gaza y Cisjordania. A estas acciones se suman la encarcelación de 7.800 personas y la detención de 2.875 detenidos sin cargos formales
No es posible, que los principales medios de comunicación del mundo, difundan la retórica belicista de Israel, que ha lanzado una campaña propagandista para justificar la violación de los derechos humanos de hombres, mujeres y niños, y ocultar los crímenes que allí se cometen. Estamos en presencia de un genocidio contra el pueblo palestino.
Debe buscarse una solución amplia, justa y duradera al conflicto israelí-palestino, sobre la base de la creación de dos Estados, que permita el ejercicio del derecho a la libre determinación del pueblo palestino y la creación de un Estado palestino independiente y soberano dentro de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital, y que garantice igualmente el derecho al retorno de los refugiados.
El Consejo de Seguridad de la ONU debe cumplir su mandato y poner fin a la impunidad de Israel, la Potencia Ocupante.
El Ejército de Israel, es una Ejército estatal que consta de tres ramas de servicio: La Fuerzas Terrestres de Israel, la Fuerza Aérea de Israel y la Armada de Israel. La fuerzas de ocupación de Israel son las que tienen un Ejército entrenado, que posee las armas, las bombas, los tanques , los recursos , mientras que los palestinos son un pueblo desarmado. Estamos en presencia de un genocidio perpetrado por Israel, que debe ser condenado por la humanidad. Y deberá castigarse a los que comenten crímenes de guerra.
Es necesario buscar una pronta solución por la vía de la negociación que detenga esta escalada de violencia y sus graves consecuencias humanitarias.
No se debe aceptar el uso de fuerza indiscriminada por parte de todos los actores involucrados contra la vida de civiles. Debe permitirse la instalación de un corredor humanitario. La paz en la región sólo la pueden lograr, cuando la Autoridad Nacional Palestina e Israel vuelvan a la mesa de negociaciones.
Carlos Graña Sarmiento – Periodista – Edición Cero de España