Esta Navidad, no habrá noche de paz en el mundo
En breve llegaremos a otra Navidad, pero ¿será una “Noche de Paz” realmente?, creemos que no, en primer lugar, porque en la llamada “Tierra Prometida” por Moisés, hoy se produce una terrible guerra con Palestina generada por el grupo terrorista Hamás y repelida cruelmente por Israel en el territorio de Gaza.
De hecho, este conflicto no es reciente, data de hace muchos años antes de Cristo, cuando diferentes tribus se enfrentaban por la disputa de territorios y ahora por la misma causa se recrudece en las cercanías de los pueblos donde Jesús nació, creció y se sacrificó por todos nosotros como son: Belén, Nazaret y Jerusalén, ciudades que ahora no gozan de su principal fuente de ingresos, el turismo, esto a causa de la confrontación entre Palestina e Israel, el primero muy pobre y atrasado en relación al segundo, en donde conviven varias culturas y religiones: cristianos, musulmanes y judíos; por ello la vida en concordia parece un imposible.
Pero éste no es el único problema en el mundo, también subsiste la guerra entre Rusia y Ucrania igualmente por la disputa de territorios, conflicto que se inició el 24 de febrero del 2022 y hasta ahora no tiene visos de solución.
Por otro lado, el calentamiento global que ocasiona ya la escasez del líquido elemento en varias partes del mundo y por ende la reducción de la producción agrícola con el consiguiente encarecimiento de los alimentos y aumento de hambruna, no es más que el resultado del mal accionar del hombre.
Y como si fuera poco, en todas partes del mundo la corrupción impera en cada una de las acciones del hombre y la mujer; además del crecimiento de la delincuencia y criminalidad acecha la vida de todos y todas, en el Perú y mayoría de países. Lamentablemente nada parece que pondrá fin a esto.
¡Que terrible humanidad! …. al parecer en algo falló Dios cuando creó al hombre y la mujer, los quiso perfectos, los dotó de inteligencia y voluntad propia, pero con ellas hicieron de todo, grandes maravillas como: Machu Pichu, las pirámides de Egipto y la Torre Eiffel, pero también cegados por el poder y la ambición de conquistar tierras, generaron grandes matanzas y contaminaron el paraíso donde habitamos, sin pensar que con ello atentamos contra nosotros mismos.
El nazareno cuando habito este mundo, trasmitió el mensaje de su padre: “Amaos los unos a los otros”, más dicho mandamiento llegó distorsionado, pues tal parecer quienes habitamos la Tierra, entendimos: “Mataos los unos a los otros”. Lo lamentable de todo esto es que los líderes de las crueldades que vivimos, no son los más ignorantes del planeta, sino los gobernantes de las naciones más evolucionadas, quienes, en su afán de buscar riqueza, alientan a los pueblos a revivir viejas rencillas para vender sus armas letales y enciman aparecen como mediadores para buscar la paz.
¡Qué pena que la Navidad, una fiesta donde recordamos el nacimiento del Salvador, no sea realmente una Noche de Paz en gran parte del mundo!
Nexmi Daza Arenas – Periodista