Ni Chávez, Ni Morales, ni Bukele, ni Milei

Llama la atención, el servilismo denigrante de algunos, manifestado en endiosar a individuos de otros países, por ejemplo, sectores de la derecha, exaltaban al fascista Gral. Pinochet de Chile; la izquierda comunista, lanzan loas al Cmdt. Hugo Chávez de Venezuela; luego, reventaban cuetes a Evo Morales de Bolivia. Últimamente, los unos, se declaran seguidores de Nayib Bukele de El Salvador; otros levantan sobre sus hombros a Javier Milei de Argentina; por ahí, despistados le prenden velitas a López Obrador de México.
En el siglo XX, se dio el fenómeno que, Haya de la Torre, llamó “colonialismo mental”, consistente en la repudiable actitud, tanto de la derecha como la izquierda, de plagiar, repetir y trasplantar ideologías de otras latitudes, a nuestros pueblos, cuando sus realidades son diferentes. La derecha codiciosa, pregonaba “abrir las puertas del país a los capitales extranjeros sin condiciones”; los comunistas gritaban “Dictadura del Proletariado”, sin hacer caso a José Carlos Mariátegui, propuso “Socialismo ni calco ni copia”.
El dictador Gral. Juan Velasco, imitó la revolución comunista de Fidel Castro de Cuba; el autócrata Alberto Fujimori, emuló al implacable neoliberal Augusto Pinochet. El genocida pusilánime y alienado Abimael Guzmán, copió la revolución maoísta de China de los años cincuenta, para aplicarla al Perú en los años ochenta.
Porque, al parecer la delincuencia común está dominando en nuestras ciudades, hay quienes hablan “necesitamos un Bukele”; porque bandas de corruptos han capturado el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, añoran “nos falta un Milei”, que les gane en elecciones. Sin darse cuenta que, los que piden un Bukele o un Milei, son los mismos que eligieron a los mediocres y rapaces que gobiernan nuestro país.
Debemos crear nuestros propios programas de desarrollo, acorde a nuestra problemática y potencialidades; respaldar a los buenos ciudadanos con conocimiento y honestidad, sí los tenemos. Recordemos, en nuestro Perú, surgió la cultura andina solidaria, trabajadora y disciplinada; nuestro pueblo emprendedor, ha vencido a la indiferencia del Estado, al terrorismo senderista, al egoísmo de los oligopolios y a la pandemia. Podemos ser grandes.
Edgar Lajo Paredes – Abogado