¿Qué aspectos positivos, negativos y omisiones tuvo el mensaje presidencial de Dina Boluarte?
TV PERU
El mensaje presidencial de Dina Boluarte ante el Congreso Nacional, tuvo tres horas de duración y enumeró un largo listado de acciones desarrolladas por el gobierno, así como anunció algunas propuestas legislativas que presentará ante el Parlamento. Como todo mensaje, tendrá impacto positivo o negativo en el país en el futuro. El portal digital Arequipa Misti Press, solicitó la opinión de varias profesionales de Arequipa para que efectúen un breve análisis del mensaje de Boluarte, tanto en los aspectos positivos, negativos y las omisiones. Agradecemos la colaboración de dichos profesionales y las compartimos con nuestros lectores.
Nada de reforma tributaria, ni autocritica y muchas promesas en el mensaje presidencial
Edgar Linares Huaco – Medico – Coordinador Regional de Nuevo Perú
La mañana comenzó con una cuadrada franca del arzobispo Carlos Castillo en la homilía de la misa. Estando frente a frente y a unos pocos metros de Dina Boluarte, dijo que «el país ha enfrentado en su historia duros momentos de crisis donde nos sumimos en las tinieblas, en el desconcierto y la desesperanza; y que uno de esos momentos es precisamente el que actualmente vivimos». »
La clase política que nos gobierna- agregó- se encuentra terriblemente distanciada de los problemas cotidianos de la gente; al parecer no los mueve el objetivo del bien común sino, los intereses personales o de pequeños grupos, poniéndose de espaldas a los problemas y sufrimientos de la gran mayoría de la población «. «Asumiendo responsabilidades, hay que hacer un llamado sincero a la unidad y la reconciliación para reencontrarnos con la paz y la fraternidad, con la esperanza y la alegría; pero la paz es hija de la justicia y todavía hay 49 familias que claman y esperan justicia por sus muertos y encuentran hasta la fecha solo Indolencia e impunidad».
El discurso en el Congreso que duró tres horas, fue un mamotreto de 72 páginas, desordenado, poco estructurado, con un frondoso listado de promesas cual cajón de sastre, sin decir cuáles serán las fuentes de financiamiento ya que no se habló en absoluto de una reforma tributaria que permita una mayor recolección de impuestos, o sea puras promesas populistas. No dijo que los indicadores económicos lejos de mejorar más bien han empeorado en sus ocho meses de gobierno. El PBI no solo no ha crecido como se anunció en 3 % sino que ha decrecido, llegando el último mes a -0.5 %, o sea, nos encontramos ya en recesión. Sobre esto ni una sola palabra.
Dijo con la mayor frescura, que cuando asumió la presidencia encontró una situación desastrosa a todo nivel, pero no dijo que ella formó parte de ese gobierno, no solo como vicepresidenta, sino también como ministra. Dijo que estaba fortaleciendo la administración pública con la meritocracia y reorganizando el servicio civil. ¿Cuál meritocracia? En realidad, si Castillo se caracterizó por nombrar ministros ineptos como el de la «agüita arracimada», Boluarte no se queda atrás con su incapaz ex-ministra de salud, su amiga Gutiérrez, que prometió acabar con el dengue en dos semanas.
En verdad su equipo ministerial aparte de tener un perfil netamente conservador y autoritario, donde «poner orden y meter bala » es al parecer su principal divisa, se caracteriza también por su ineptitud y mediocridad. Ahí están como han manejado las lluvias e inundaciones en el norte, la epidemia del dengue y el fracaso del programa «con Punche Perú» para reactivar la economía.
El discurso fue interrumpido con aplausos hasta el extremo del ridículo, por sus aliados, ahora oficialistas, que han formado, como dice Alberto Vergara, «una coalición ultraconservadora, autoritaria, antidemocrática y corrupta que controla tanto el ejecutivo como el congreso con el apoyo de la cúpula de las fuerzas armadas, la mayoría de los empresarios y sus grandes medios.»
Esta coalición la lidera Fuerza Popular y la integra Perú Libre, Renovación Popular, Avanza País, los castillistas del Bloque Magisterial y APP, el partido de los «mocha sueldos » y «plata como cancha». Todos juntos para durar hasta el 2026, para protegerse mutuamente, para evitar la cárcel y para seguir gozando de más y mejores gollerías.
Los grandes problemas del país y el tener una mayúscula desaprobación ciudadana les importa poco. Para ellos, lo importante es subsistir, aún a costa del grave daño que le pueden hacer al país. Por eso la consigna » Que se vayan todos, adelanto de elecciones generales» que es respaldada por el 80 % en las encuestas, debe seguir vigente y es la única salida.
Arrogancia, cinismo y miedo en el mensaje presidencial para quedarse hasta el 2026
Elías Rojas Paredes – Sociólogo
El mensaje de Dina Boluarte es un mensaje de guerra, de allí que su estrategia sea de arrogancia, de cinismo y miedo. En un mensaje inserto en la lucha de clases que atraviesa el país; apuesta a quedarse en el poder. Para ello se presenta como la mejor operadora para garantizar la derrota de la legitima protesta social. Su ambición es bastante grande, tomando en consideración el enorme rechazo nacional, el aislamiento político nacional e internacional y tener como respaldo al putrefacto Congreso. De allí que sea percibida como una socia menor de la coalición autoritaria, donde el fujimorismo vía el congreso marca el devenir de la política de su gobierno.
Resulta bastante ilustrativo que repita el relato del raceo, ninguneo y terruqueo. Lo repite con la arrogancia de quien cree que está ganando la guerra. Repite que la protesta social fue una asonada para dar un golpe de estado, para remplazar la democracia por una dictadura. Que los asesinados en ejecuciones extrajudiciales por la policía y las fuerzas armadas fue producto de enfrentamientos. Y concluye con un cinismo propio de los asesinos diciendo que no habrá impunidad, cuando su gobierno oculta información y en complicidad con el Ministerio Público las investigaciones van en camino a ser sepultados en el olvido.
De allí que resulta insultante al pueblo, el cinismo con el que pide perdón. Como puede solicitar perdón cuando se reafirma en todos los actos; más aún, cuando reafirma un relato pernicioso y lo convierte en política estatal. No cabe la menor duda que su llanto son lágrimas de cocodrilo cuando va asesinando al pueblo. Rechazo su pedido de perdón. Solo habrá perdón cuando haya justicia, cuando todos los asesinos, empezando por Dina Boluarte y Otárola, vayan presos.
En ese sentido el pacto que propone y la reactivación del Acuerdo Nacional es una afrenta mayor. Es decir, propone la reactivación de la mecedora nacional para dar solución al reclamo político del pueblo. La señora Boluarte cree que el pueblo es tonto, que los puede “cojudear” con ofrecimientos tan banales. Claro que pretende presentarse como dialogante y los que marchan en la calle son los intransigentes. Nuevamente se equivoca. Los problemas políticos requieren soluciones políticas, estas no se solucionan con dadivas sociales, ni siquiera las atenúan.
Arrogancia y cinismo. La combinación de ello se expresa de manera muy clara cuando le echa la culpa a Pedro Castillo, cuando ella fue su ministra desde un inicio, que decidió la política en los Consejos de Ministros, cuando las denuncias ponen a su gestión ministerial con los mismos errores y corrupción. Cinismo que pone a Castillo como el gobierno más corrupto de la historia, lavándole la cara a la dictadura corrupta de Fujimori. Tal parece que mediante esta vía firma su carta de sujeción a Keiko Fujimori.
En ese camino, le echa la culpa a la lucha social de la crisis económica. Cuando las políticas del MEF y del BCR no han variado un milímetro durante el gobierno de Castillo. La continuidad fue la regla. No variaron la política económica desde que la instaló el fujimontesinismo. Entonces, la crisis económica no es producto de la lucha social, sino que el modelo económico. Esta no funciona, el BCR no puede controlar la inflación de alimentos, lo único que atina decir es que la inflación es importada, y desde el MEF se propicia la recesión para controlar la inflación. Lo que pasa es que nuevamente están construyendo un relato para regalar los recursos naturales, flexibilizar las reglas de la inversión privada para garantizar los negocios y beneficiar a los poderes facticos empresariales.
¿Y el miedo? Es común por parte de los gobiernos de extrema derecha apropiarse de la lucha contra la delincuencia. Es un mecanismo de control social vía el miedo. Aterrorizar a la población con la delincuencia para aislarlo condenándolo al individualismo extremo, imponer endurecimiento de las penas que afectan a todos no solo a los delincuentes, exacerbar el racismo para construir un culpable. Vamos a asistir a una campaña de miedo, de mostrar éxitos policiales y mucho control social. Los hechos demuestran que ese va a ser el mecanismo para quebrar la movilización social. De allí la acusación de vandalismo, de terrorismo, para oficializar la persecución, la eliminación de los espacios democráticos y la proscripción de la ley.
En suma, la señora Boluarte quiere guerra, desea la guerra, porque es la única forma de ganar impunidad, de tener el respaldo de la CONFIEP, de ser el vocero de los intereses empresariales que son los intereses de la corrupción. Ello la obliga a dejar de ser socia menor dentro de la coalición autoritaria, cosa que es muy difícil dado que su destino este marcado por lo que haga el Congreso y lo que disponga Keiko.
Finalmente, así como refleja su voluntad de guerra, también muestra las fisuras de la coalición autoritaria. Ella quiere ser, pero no puede, el Congreso que no la deja. Empresarios que desean estabilidad, pero la guerra anunciada solo indica mayor inestabilidad, quieren estado de derecho, pero esta hace agua por todos los poros. Unas fuerzas armadas que quieren mayor protagonismo en el presupuesto público mediante la ejecución de proyectos, que colisiona con la necesidad de gastar menos para controlar la inflación. En ese sentido, su precariedad es mayor, su destino depende de cómo satisface los intereses pecuniarios de la coalición autoritaria en un contexto de crisis económica, lo que implica que en cualquier momento la pueden desalojar del poder.
Muchas promesas e imprecisiones en el mensaje presidencial
José Manrique Salinas – Abogado – Dirigente de Fuerza Popular
Fue un mensaje demasiado extenso y desordenado. Pero en cuanto a la forma y contenido, mucho mejor que los de su predecesor defenestrado.
Se dirigió al congreso y a la Nación como si ella no hubiese sido parte del anterior gobierno. Sus objetivos propuestos se enmarcan para un gobierno que durará hasta el año 2026. Trató de tocar todas las problemáticas sectoriales y regionales, razón por la cual le faltó profundidad en todas las propuestas que más parecían promesas electorales.
En breve, fue un listado de buenas intenciones que trató de contentar a todos los segmentos sociales. Lo más destacado políticamente para la izquierda fue el de pedir perdón por las muertes ocasionadas durante las revueltas del verano pasado, lo cual puede ser señal de resiliencia, pero también de debilidad, más aún si dice que respetará el parcializado informe de la CIDH.
De todos los temas tratados, dos son los que resultan de mayor interés y urgencia para el pueblo: la reactivación económica y la seguridad ciudadana.
En cuanto a la reactivación económica nos propuso al estado y a la inversión pública como los únicos motores para tal finalidad. Casi no hizo mención de la participación privada que da empleo a más del 70% de la población económicamente activa y financia con sus tributos más del 80% de la caja fiscal. Enunciar la creación de más de 30,000 MYPES con apoyo administrativo y en contratos como proveedores de instituciones públicas es un gran paso para la reactivación económica, pero no es suficiente, pero tampoco dijo cómo estimulará o facilitará esta promoción de MYPES.
Lo más destacable de la reactivación económica fue el programa “Con Punche Perú”. No aterrizó cómo se dará la Inversión de 8,000 millones de soles, sí será con subvenciones, préstamos, etc. También se omite precisar el cómo (a través de qué instituciones), dónde (a que regiones geográficas) o a quiénes (sectores económicos), menos en qué proyectos de inversión se dará prioridad esta inversión.
Como si esto no fuera suficiente imprecisión, propone que este Punche Perú tendrá 12,000 millones de soles que estarán dedicado a programas sociales como pensión 65, Juntos, etc., con lo cual no se tiene claro si ese programa Con Punche Perú es para la reactivación económica o para financiar programas sociales. El sector minero, el principal motor de la economía nacional, fue el gran ausente de su mensaje.
En lo referente a la seguridad ciudadana propuso el Pacto por la paz, la justicia y la igualdad que cae en la retórica pura. Propone una vez más el diálogo con las vanguardias violentistas que no quieren el diálogo, que no tienen voceros, ni representante, que sólo desean imponer su agenda política chavista por la buenas o las malas.
En este tópico de seguridad ciudadana también lanzó propuestas para mejorar y corregir la lucha contra la delincuencia, a través de la intervención de las diferentes instituciones responsables del orden y la justicia, como la Policía, el Ministerio Público y el Poder Judicial. Sin embargo, reduce sus propuestas a una seria de proyectos legislativas que las materializará mediante una delegación de facultades que solicitará al poder legislativo los próximos días. El contenido de estas propuestas quedó en el misterio.
Aunque se destaca su firmeza frente a los extranjeros indocumentados o en situación irregular en el Perú como parte del problema de la inseguridad ciudadana. Sobre la corrupción como problema primordial y causa del fracaso del estado en las políticas para solucionar las necesidades y exigencias sociales, refirió la contratación de profesionales destacados como una forma de luchar contra este flagelo sin precisar cómo se hará este reclutamiento.
Entre otros puntos de interés, hace mención de una planta de petroquímica para el sur del Perú, sin precisar si será de inversión privada, pública o mixta. También aludió al proyecto Majes-Siguas 2.
Para Puno, zona candente, ha propuesto proyectos de inversión como el represamiento del río Cabanillas para su uso potable en Juliaca, también el aumento de la capacidad eléctrica mediante Tintaya.
En suma, un listado de promesas llenas de buenas intenciones para algunos insuficientes por sus imprecisiones y para otros, peca de excesivas e irreales por su falta de colchón político y técnico para realizarlas. Sólo el tiempo nos dirá si realmente son factibles.
Piloto automático e incertidumbre mientras languidece la democracia
Lizardo Cary Cari – Economista
El mensaje presidencial, ante el Congreso de la República, con ocasión del 202 aniversario de vida republicana, se produce en un contexto de una acentuada crisis económica, social y política en nuestro país, por lo tanto, requiere adoptar medidas trascendentes para encarar esta crítica situación. Sin embargo, el discurso no salió del esquema tradicional, uno de los más extensos de los últimos gobernantes, y de recuentos dirigido a responsabilizar y marcar distancia del periodo del presidente Castillo afirmando que recibió “un país semiderruido”, desconociendo que la presidenta formó parte de ese gobierno como una figura prominente.
Las acciones y proyectos enunciados, en realidad, están considerados en el presupuesto público del presente año y la mayoría ya están en ejecución, por lo tanto, representan la continuidad en la orientación y políticas de gobierno de los últimos años. Ciertamente, hay que admitir que la precariedad del gobierno de Boluarte lo limitan para proponer algunos cambios o reformas trascendentales. En términos generales el escenario que debe enfrentar el gobierno (hasta que la movilización ciudadana y la incertidumbre política tenga un desenlace) es crítico y complejo.
La economía peruana enfrenta un periodo de desaceleración habiendo decrecido en -1.4% en el mes de mayo, el mayor retroceso desde febrero de 2021. La pobreza monetaria se ha incrementado y afecta al 27.5% de la población, ello tiene su correlato en una crisis de inseguridad alimentaria que, según la FAO, se expresa en que 4 de cada 10 hogares se quedaron sin alimentos, en los últimos 3 meses, por falta de recursos económicos. Los efectos perversos de esta situación se expresan en que el 40.9% de niños y niñas de 6 a 36 meses de edad sufre de anemia y el 11.7 de menores de 5 años padece de desnutrición crónica ambos factores conducen a la persistencia de la pobreza en este segmento poblacional.
En el marco de la estrategia económica propuesta para la reactivación económica afirmó que esta se sustentará en el “impulso del Plan nacional de infraestructura” que, lo recordamos, está vigente desde 1918 y que tuvo algunas modificaciones en octubre de 2022. Asimismo, que, en el segundo semestre (sic) de 2023, “el MEF publicará las normas que permitan fortalecer el marco normativo que regula los proyectos de Asociaciones Público Privadas y Obras por Impuestos”. Es decir, el continuismo en la orientación pro gran empresa y el abandono de las Mypes que son los principales generadores de empleo y, por tanto, sustento de la reactivación económica.
Tal vez el anuncio más importante para los pueblos del sur, tal es así que la presidenta afirmó que será su legado es la construcción de la Petroquímica con inversión privada en el Sur. Según el anuncio presidencial “producirá fertilizante a bajo costo” y que garantizará la demanda que permita establecer conexiones de gas en cada hogar.
Llama nuestra atención que este anuncio no menciona la culminación del gasoducto del sur peruano obra trascendental para la industrialización del sur peruano y que está paralizado desde 2017 con un avance físico del 37%, no obstante que el proyecto forma parte del “Plan Nacional de Infraestructura” con la nueva nomenclatura de SISTEMA INTEGRADO DE TRANSPORTE DE GAS-ZONA SUR y que el actual ministro de Energía y Minas, en el mes de marzo, anunció la convocatoria a nueva licitación en el segundo semestre el presente año.
La preocupación radica en el hecho que el insumo fundamental para la petroquímica es el gas y si el gobierno abandona la idea del gasoducto del Sur, podemos inferir que está retomando el diseño de un gasoducto costero impulsado por los inversionistas transnacionales que tienen la concesión del transporte de gas de Camisea a Pisco, propuesta que se planteó desde el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. De confirmarse este anuncio, confirmaría los intereses económicos a los cuales se articula el gobierno de Boluarte y una marginación y postergación del derecho al desarrollo de los pueblos del sur andino de Cusco, Puno y Arequipa.
Finalmente, el mensaje presidencial, en el aspecto económico, careció de una mirada prospectiva, hacia el mediano y largo plazo, es más, desperdició la ocasión de anunciar cuál será la orientación, lineamientos y prioridades del presupuesto 2024 que el gobierno deberá presentar dentro de un mes ante el Congreso de la República, claro indicio que se apuesta al piloto automático y la persistencia de la incertidumbre que alienta el descontento social y la “recesión democrática” a la que alude el reciente Informe 2023 del Latinobarometro.