TC viola la Constitución, la autonomía del Poder Judicial y avala dictadura congresal

Ante la decisión en mayoría (5 votos) del Tribunal Constitucional (TC), a favor del Congreso de la República sobre el proceso de elección del Defensor del Pueblo, la reforma legal contra la SUNEDU y el amparo presentado contra las denuncias constitucionales en contra del presidente del Jurado Nacional de Elecciones, el IDL debe señala lo siguiente.
- Los jueces constitucionales en los casos de la Defensoría del Pueblo, Sunedu y el presidente del JNE han actuado en conformidad con sus competencias de control constitucional. La fiscalización y suspensión de actos del poder como los actos del Congreso por parte de jueces constitucionales, cuando violan la Constitución y los derechos fundamentales, no constituyen actos arbitrarios, sino que son el ejercicio del control constitucional, facultado por la Constitución y el Nuevo Código Procesal Constitucional.
- No hay zonas exentas de la fuerza normativa de la Constitución y del control constitucional. Lo que plantea el TC es que sí hay decisiones políticas que no son susceptibles de control judicial, lo cual es incompatible con los artículos 45 y 38 de la Constitución, que reconoce que el poder debe ser ejercido en el marco de las competencias establecidas en la Constitución y las leyes, y que todos tienen el deber de respetar, cumplir y hacer cumplir la Constitución.
- El propio Tribunal Constitucional ya antes ha señalado que toda decisión que viola la Constitución (como, por ejemplo, la función jurisdiccional de control del poder, o que no hay zonas exentas de control) no tiene validez constitucional.
- El Tribunal Constitucional está violando la propia Constitución, y somete la elección del titular del Defensor del Pueblo, la contrarreforma de la SUNEDU y las denuncias constitucionales de funcionarios del sistema electoral, a un Congreso deslegitimado, donde prevalecen los intereses particulares.
- De esta manera, el TC pierde su autonomía y legitimidad, evidenciándose como otro actor político que ahonda la crisis actual y que favorece los intereses de grupos de poder que mantienen la crisis política.
- Es inaceptable, además, que hasta el momento esta sentencia que viola el Estado de derecho no sea pública, más aun teniendo en cuenta que viola el derecho de acceso a la justicia de quienes demandaron los amparos.
- Es urgente devolverle la independencia al TC, revisando la forma de elegir a sus integrantes y, sobre todo, implementando garantías que eviten la filtración de intereses particulares y políticos; ya sea en un sistema de elección a cargo del Parlamento o en un sistema mixto.
- En plena crisis política y social, el Tribunal Constitucional orilla a nuestro país a la destrucción de una institucionalidad que, aunque precaria, nos costó mucho edificar.
Pronunciamiento del Instituto de Defensa Legal