Con fecha 10 de febrero de 2022, escribí el artículo rotulado “DESPUÉS DE CASTILLO ¿QUIÉN?” Se publicó en un semanario de Arequipa en la semana del 14 al 20 de febrero de 2022, textualmente, dice:

“Después de Pedro Castillo ¿quién? ¿La Primera Vicepresidenta Dina Boluarte? ¿Alguien puede decir que está preparada para asumir la Presidencia de la República? Va a ser peor. ¿O la presidenta del Congreso de la República María del Carmen Alva? ¿La misma que en España dijo cosas de nuestro país y que acaba de maltratar a la alcaldesa del distrito arequipeño Ocoña? Será mucho peor”.

También advertimos: “De no ser la señora Boluarte ni la señora Alva. ¿Acaso Keiko Fujimori? Con dos mochilas, la de su padre (corrupción, violación de derechos humanos, corrosión de la institucionalidad), y, la de ella misma (juicio de lavado de activos por lo de los “cocteles”, y recepción ilegal de dinero entregado por grandes empresarios para su campaña). ¿O “Porky” Rafael López Aliaga? Debe el pago de impuestos al Perú. ¿O Hernando de Soto?

Que sigue creyendo en el capitalismo basado en el “afán de lucro” y “caridad”, mas no en la justicia social. ¿O Verónica Mendoza? Quién apoyó a Ollanta Humala, Nadine Heredia y Pedro Pablo Kuczynski, sin hacer deslindes éticos y políticos. ¿O Daniel Urresti? Acusado, por autoría mediata, de asesinato de un periodista. ¿O Julio Guzmán? Abandonó a una “amiga” en un amago de incendio, y dijo sentirse “orgulloso de ser mantenido por su esposa”. Con cualquiera de los mencionados, la situación sería peor de lo peor. Esta es la dura y cruel realidad política y de los actuales políticos. No seamos hipócritas, menos cínicos”.

Las protestas, de diciembre a la fecha, confirman lo señalado, hace prácticamente un año. La derecha limeña del nivel socioeconómico A y B, cree tercamente que Lima (San Isidro y Miraflores) es el Perú; los senderistas y emerretistas, creen ilusamente ha llegado la hora de la revolución comunista; la Presidenta Boluarte, cree que, por ser mujer el país se va a rendir; los caviares, creen ser los salvadores del Perú; y, los apristas, creen infundadamente el pueblo les va a pedir retornen. ¿Qué equivocados están?

Edgar Lajo Paredes – Abogado