¿Por qué los nutricionistas no son valorados por las autoridades del país?

Hugo Amanque Chaiñaoctubre 15, 202112min0
Hugo Amanque Chaiñaoctubre 15, 202112min0

Left Banner

Left Banner

¿Por qué los nutricionistas no son valorados por las autoridades del país?

dia del nutricionista

Una breve reflexión en el día mundial de la alimentación el 16 de octubre en el país. Como en todo, la solución de un problema parte de un diagnóstico adecuado. Si el problema es ¿por qué la labor del profesional de nutrición no es lo suficientemente valorada por las autoridades del país? Es válido suponer que si le damos una mirada objetiva a los planes de gobierno (PG) de los candidatos a la presidencia del Perú del periodo 2021-2026 podríamos alcanzar un diagnóstico lo suficientemente cercano al pensamiento de nuestras autoridades como para inferir qué piensan sobre nosotros como profesionales, qué idea tienen sobre la problemática nutricional o qué nos espera, en materia de nutrición, en los próximos 5 años.

Los Planes de Gobierno son documentos oficiales que cada agrupación política debe presentar ante los organismos electorales con el objetivo de acreditar cuáles son sus propuestas de trabajo para el próximo quinquenio; los PG, son en buena cuenta, el registro escrito del pensamiento de nuestras posibles autoridades, representan su particular forma de ver la realidad y más allá que los cumplan o no, pueden orientarnos sobre cómo posiblemente actúen. Según el informe publicado en el Diario Oficial El Peruano de las 22 planchas presentadas inicialmente, 14 fórmulas presidenciales compitieron en las elecciones del 11 de abril 2021.

Ahora bien, el presente análisis no será en modo alguno de corte político. Partiendo de esta premisa, hemos incorporado la objetividad del método científico para establecer una metodología sencilla que, sin embargo, permita valorar toda la información con la misma agudeza y seriedad. Por esta razón, nuestra revisión se llevó a cabo bajó los siguientes parámetros: i) todos los PG fueron revisados de principio a fin; ii) se seleccionó el párrafo o los párrafos que incluían medidas directa o indirectamente relacionadas con la nutrición; iii) se consignó la página donde aparecía el párrafo o los párrafos seleccionados; iv) todas las partes seleccionadas han sido copiadas textualmente y en algunos casos se incluyó la sección a la que pertenecían para una mejor compresión del lector; v) la revisión de los planes de gobierno se hizo en estricto orden alfabético.

Entre los hallazgos más importantes en los planes de gobierno de los partidos que compitieron en las elecciones 2021, podemos resumir lo siguiente:

  • El 30% (04) de las 13 agrupaciones políticas plenamente habilitadas para participar en el proceso electoral no abordan el tema de nutrición en sus Planes de Gobierno.
  • Las 9 agrupaciones políticas que sí abordan el tema de Nutrición lo hacen de la siguiente manera:
    • El problema de la nutrición en el Perú representa menos del 1% de la longitud de sus PG.
    • Los problemas de nutrición que identifican son desnutrición crónica (también se usa el término desnutrición infantil) y anemia por deficiencia de hierro.
    • Las propuestas de solución incluyen: potenciar de una u otra forma programas de asistencia alimentaria, mejorar el presupuesto de las instituciones del estado que administran estos programas o potenciar la ley de alimentación saludable.
    • En prácticamente todos los PG, las propuestas descritas no forman parte de una intervención en el sector salud sino del sector poblaciones vulnerables, asistencia o inclusión social.

A manera de discusión, si volvemos a la premisa: “los Planes de Gobierno son la radiografía del pensamiento de la agrupación política”, estos resultados son poco alentadores. Estos resultados no ofrecen ni una ruta clara para afrontar la problemática nutricional del país ni argumentos sólidos que nos auguren un mejor posicionamiento profesional en los próximos años. Citemos algunas ideas:

  1. Para empezar, nuestros políticos suponen que nuestros problemas de nutrición se circunscriben tan solo a desnutrición crónica y anemia ferropénica y que éstos se solucionan con políticas de asistencia alimentaria, un eufemismo común para denominar al reparto de comida. No objetamos que se consignen estos 02 problemas, nuestra preocupación va dirigida a la precariedad del análisis y sobre todo a lo primitivo de las propuestas de solución a través de programas de asistencia alimentaria. Eventualmente, algunos PG proponen empoderar la educación nutricional, no obstante, la forma que plantean para medir o verificar el cumplimiento de este objetivo es propia de un alumno de primer año de universidad o incluso menos.
  2. En segundo lugar y en sintonía con lo anterior, nadie entre nuestras futuras autoridades ha pensado en las altas tasas de obesidad en niños y adultos, en el impacto que tienen sobre el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles o en el costo elevado que acarrean al estado. No necesitamos ir muy lejos para dar un ejemplo de esta situación: recuerden que en el 2020 se tuvo que incrementar el valor del IMC a más de 40 como condición para regresar a trabajar post cuarentena, de haberlo puesto en 35 como era lo científicamente recomendado, una parte importante de peruanos, incluidos ministros, directores, alcaldes entre otros, no habrían podido volver al trabajo. [Nota. La obesidad es el segundo factor de riesgo más importante para desarrollar un cuadro severo de COVID-19].
  3. En tercer lugar, nadie ha reseñado la importancia de la nutrición en la recuperación de los pacientes hospitalizados, en la prevención, tratamiento y recuperación del paciente COVID-19 o de cualquier otra patología. En el Perú se sigue empleando la comida licuada vía sonda de alimentación, somos uno de los pocos países de América Latina que todavía recurre a esta práctica como una opción regular y cotidiana en la terapia nutricional del paciente y no como una salida de emergencia muy aislada.
  4. En cuarto lugar y aunque parezca irónico, para nuestras futuras autoridades el problema de nutrición no es un problema de salud es más bien un problema social. Es claro que la desnutrición y la anemia presentan componentes sociales tales como el acceso a alimentos, servicios básicos, educación, trabajo, sin embargo, la solución no solo obedece a una intervención social. La desnutrición, la anemia ferropénica, la obesidad, las enfermedades crónicas no transmisibles y todos los demás problemas asociados deben ser abordados desde diferentes aproximaciones: la clínica (ausente por completo), la poblacional (omnipresente pero primitiva), la productiva (alimentos y su transformación tanto industrial como en servicios de alimentación colectiva) y por supuesto todo lo que ya se hace por décadas.

Los resultados de este análisis, en el día mundial de la alimentación aunque lamentables, son interesantes porque pueden servirnos de guía para diseñar estrategias de trabajo que nos ayuden a comunicar y posicionar mejor la importancia de la nutrición en la salud de los peruanos. Ahora bien, que nuestras futuras autoridades tengan una percepción tan limitada del problema de nutrición en el Perú, es probablemente nuestra más absoluta responsabilidad. La unidad no es precisamente un valor que nos caracterice profesionalmente. Las redes sociales han permitido el crecimiento y desarrollo de decenas de jóvenes caudillos con propuestas de nutrición que en muchos casos solo enaltecen el ego, pero que poco o nada hacen por el bienestar de la mayoría de nutricionistas del Perú; todos tienen el derecho a trabajar y a crecer profesionalmente, sin embargo, cada una de estas propuestas debería tener una cuota previa de reflexión sobre el impacto que tendrá a largo plazo: el resto del mundo nos mira, nos valora y nos trata según como nos ve.

En este sentido, la auto denominación de especialistas en alimentación, por ejemplo, poco ayuda a nuestro desarrollo y diferenciación profesional. El alimento es solo uno de los tantos vehículos que existen ahora para administrar nutrientes; quizás por ello para todas nuestras autoridades sea muy lógico pensar que el nutricionista puede dar charlas de alimentos ricos en hierro, pero les cuesta tanto aceptar que también puede administrar suplementos de este mineral.

Entre profesionales y estudiantes, somos alrededor de 10 mil personas que formamos parte de esta gran profesión. Si a esto le agregamos al menos 5 familiares directos, representamos alrededor de 50 mil votos probables. Nuestra voz no puede seguir pasando desapercibida, nuestro trabajo debe ocupar la posición que le corresponde en el Perú y en el mundo. Para bien o para mal, nuestras autoridades no son las responsables de resaltar nuestra labor, nos corresponde a nosotros liderar técnica y científicamente el problema de nutrición en el Perú. Hagámoslo juntos.

 Robinson Cruz – Nutricionista – Director General del Instituto IDENUT

Hugo Amanque Chaiña


Post Banner

Post Banner