La evolución del voto de la mujer en el bicentenario del Perú

Hugo Amanque Chaiñaagosto 1, 20219min0
Hugo Amanque Chaiñaagosto 1, 20219min0

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La evolución del voto de la mujer en el bicentenario del Perú

las mujeres 2021

En la antigua Atenas (Grecia) cuna de la Democracia, donde se expresó en toda su dimensión el mandato de la mayoría popular que decidía directamente reunida en la plaza pública los asuntos más importantes de gobierno, no se permitía la asistencia y participación femenina. Fue una postergación histórica del género femenino. Pero, la democracia representativa, fue el ideal al que aspiraron los que llevaron a cabo la Revolución Francesa de 1789. Entonces, los candidatos a los cargos de gobierno serían elegidos por el pueblo, que conservaría la soberanía. Pero en ese entonces, cuando se hablaba de reivindicación de derechos contra el sistema absolutista, se pensaba sólo en los varones, y así lo expresa el propio título de la Declaración emanada de la Asamblea Nacional revolucionaria francesa: “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, hablando de hombre en el sentido literal del término.

Pero la Revolución Francesa estaba teñida de ideales liberales, y no solo los hombres pudieron así interpretarlo. Olimpia de Gouges, cuyo nombre real era Marie Gouze, en 1791, fue quien redactó en complemento a aquella declaración francesa la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, que no tuvo éxito práctico, y que terminó con su muerte en la guillotina, en 1793. En 1792, en Inglaterra apareció un libro llamado “Reivindicación de los derechos de la mujer”, donde una representante de ese sexo, Mary Wollstonecraft, bregó por los derechos políticos de la mujer, por primera vez en el mundo. Los miembros del parlamento, los políticos y la misma reina, Victoria I, se opusieron a los proyectos de leyes que tenían ese propósito. Tan sólo el cartismo, movimiento de reivindicación de los derechos para la clase trabajadora, y algunos intelectuales liberales, apoyaron tan “arriesgada” idea.

Fue en los albores del siglo XX (año 1903), cuando nuevamente Inglaterra fue el centro promotor de esta revolución política. Se formó la WSPUI: Women Social and Política Unión, que significa: Unión Social y Política de Mujeres. Para lograr sus objetivos, las mujeres que la integraban trataron de ejercer presión para obtener su objetivo. Así, efectuaron marchas de protestas y huelgas de hambre. Fueron salvajemente reprimidas y en 1903, una de ellas se arrojó al suelo cuando pasaba el rey con su caballo, en Derby, para llamar su atención, y murió aplastada por el animal. Este movimiento cesó su actuación cuando se produjo la Primera Guerra Mundial (1914).
Fue precisamente en este conflicto donde el sexo femenino demostró su valor y entrega a su patria, lo que les valió el reconocimiento de sus derechos electorales. En 1918, se permitió que las mujeres inglesas mayores de 30 años pudieran votar, bajándose la edad a 21 años, en 1920. Fue también luego de la Primera Guerra Mundial, en 1919, cuando Alemania, cuyo gobierno estaba representado por la República de Weimar, consagró el voto femenino. En América los primeros países en reconocer este derecho, fueron Canadá (1918) salvo la provincia de Quebec (1952) y Estados Unidos (1920).

En este último país ya se luchaba por la consecución de este derecho desde los primeros años de su vida independiente. Merece citarse, como luchadora destacada, a Margaret Brent, quien ya en 1647, desde su hacienda ubicada en Maryland, abogó por un lugar en la legislatura. Posteriormente fue Ecuador en 1929, y en 1932 en Brasil y en Uruguay en 1945.

El voto femenino en Argentina, se inauguró en 1947, durante la Presidencia de Perón, bajo la gestión de su esposa, Eva Duarte, a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, quien solicitó su inclusión, en cumplimiento de lo acordado en las Actas de Chapultepec. Impulsada por esta líder política, se realizó una gran propaganda que consiguió que muchas mujeres salieran de su silencio, y expresarán el reclamo por sus derechos. La Plaza de Mayo, el 23 de septiembre fue el marco del acto donde las mujeres argentinas celebraron la promulgación de la ley 13010. Ese mismo año lo obtuvo Venezuela. En 1949, fue el turno de Chile y Costa Rica. En México, en 1953, se consagró esta posibilidad por la que venían luchando desde hacía mucho tiempo, habiéndose formado en 1935, el Frente Único Pro Derechos de la Mujer. En 1961, Paraguay consagró el voto femenino.

Pero algunos países europeos también tuvieron que aguardar. En 1931, se estableció el derecho de sufragio, con igualdad de derechos a ambos sexos, mayores de 23 años, en la Constitución de la República de España. En 1970, pudieron votar, por vez primera, las mujeres suizas. En el Perú, la Constitución del Estado de 1933 le reconoció el derecho al voto a las ciudadanas mayores de 21 años, pero pasaron muchas décadas para que ese principio constitucional se convierta en ley. Fue el gobierno de Manuel A. Odria quien promulgó la ley 12391 el 07 de septiembre de 1955 el cual permitiría por primera vez en el país que las mujeres mayores de 21 años y las casadas podía elegir y ser elegidas para cargos públicos, lo que anteriormente eran cargos para varones.

En las elecciones de 1956, fueron elegidas por primera vez una Senadora y ocho Diputadas en el Parlamento Nacional, lo que constituyó entonces un notable avance en la legislación electoral para el género femenino siempre postergado. Pero en la Constitución de 1978 se reduce la mayoría de edad a 18 años y la mujer tiene los mismos derechos electorales que los varones sin ningún tipo de discriminación. Es más, con la Constitución de 1993, y desde 1997 se dio una ley de cuotas, el cual hoy ha permitido la aparición de nuevas líderes políticas en las municipalidades, gobiernos regionales y en el parlamento nacional, así como en carteras ministeriales del poder ejecutivo.

Hoy tenemos a ministras de estado, alcaldesas, consejeras regionales, regidoras e incluso en el poder judicial, a destacadas juezas y fiscales, lo que evidencia un notable avance del género femenino en el país. En resumen, en los 200 años de estado independiente y soberano en el Perú, las mujeres desde 1955 recién tuvimos ese derecho postergado desde 1821 hasta 1954, lo que quiere decir, que por 133 años el género femenino fue excluida del derecho fundamental del derecho al voto en el país. Es una etapa superada y hoy las mujeres demostramos que aportamos a la patria, la familia y la sociedad, pero no olvidar el sacrificio que hicieron nuestras hermanas mujeres en el Perú y en el mundo del siglo XXI.

Hilda Lanatta Ríos – Licenciada en Historia

 

Hugo Amanque Chaiña


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