La omisión de Castillo: La reforma de la PCM y del proceso de descentralización en el país
Una de las omisiones del mensaje presidencial a la nación de Pedro Castillo del 28 de julio del 2021 al Congreso, fue la reforma del Estado, entre ellas concretamente, sobre el proceso de descentralización. Desde 1821 tenemos un estado centralista y puntualmente en el poder ejecutivo, nos referimos a la Presidencia del Consejo de Ministros, más conocida como la PCM. Castillo en campaña electoral remarcó sólo dos cosas de los ministerios del poder ejecutivo. Que el Ministerio de Economía debía descentralizarse y que debería crearse el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, lo que ha confirmando en su mensaje presidencial. El Congreso extraordinario 2020-2021, aprobó la ley que traslada el Ministerio de Cultura a la ciudad del Cuzco que observó el gobierno del presidente transitorio, Francisco Sagasti.
Castillo ha reiterado que es necesaria una Asamblea Constituyente donde se reconfiguraría la estructura del Estado, pero no ha hecho precisiones, concretamente sobre las reformas constituciones que necesita el Poder Ejecutivo y los otros poderes públicos. Supongo que, por estrategia, el nuevo presidente no hace referencia a esos cambios para evitar criticas a sus propuestas, pero los cambios a la estructura estatal son muy necesarias, las que deben realizarse por consenso viendo al Perú como unitario y descentralizado a la vez, pero no concentrando todo el poder político en la capital del centralismo que es Lima.
En nuestra Constitución Política desde el artículo 119 hasta el 129, se refiere concretamente el ámbito de competencia y funciones de la PCM. Después del Presidente de la República, el Presidente del Consejo de Ministros es el portavoz oficial del gobierno de turno. En una futura reforma constitucional y de su ley orgánica, la estructura actual de la PCM tendría que modificarse por múltiples razones. Ese elefante que hoy se llama la Presidencia del Consejo de Ministros, (PCM), me parece que centraliza excesivos organismos, funciones y decisiones.
Hoy el gobierno nacional tiene 18 ministerios en total, lo que a nuestro juicio es excesivo. Entre ellos están los Ministerios de Inclusión Social, Cultura, Comercio Exterior, Relaciones Exteriores, Producción, Educación, Salud, Mujer, Trabajo, Economía, Justicia, Defensa, Energía y Minas, Ambiente, Agricultura, Interior, Vivienda y Transportes. En un Estado moderno y descentralizado, se impone una profunda reforma del poder ejecutivo de cara al bicentenario cuando nuestro país cumple su bicentenario de creación como Estado Autónomo, Soberano e independiente. Por lo tanto, debería evaluarse y reducirse el número de ministerios o fusionar algunos de ellos y obligarlos a que algunos tengan su sede en el interior del país como sucede en países vecinos y no estén centralizados en Lima.
El proceso de descentralización es permanente e irreversible por mandato constitucional, pero los ex gobernantes no le dieron impulso, obviamente por intereses políticos y económicos. El presidente Castillo, debería dar el primer paso, proponiendo al Congreso un proyecto de reforma constitucional para reconfigurar el Poder Ejecutivo y que algunos ministerios trasladen sus sedes al interior del país como sucede en algunos Estados de América Latina. Eso obligaría a que los otros poderes clásicos de estado, también a futuro puedan dar ese paso, así como los organismos constitucionales autónomos, que hoy están centralizados en la capital del centralismo que es Lima.
Otro paso impostergable es justamente la revisión de la actual estructura de la PCM. La PCM tiene a su cargo hoy en el año 2021, once organismos públicos. Ellos son, SERVIR, CENEPRED, CEPLAN, CONCYTEC, Cuerpo General de Bomberos del Perú, DEVIDA, Sierra Exportadora, OSINFOR, INDECI, INDECOPI y el INEI. A eso hay que agregar los organismos reguladores que son cuatro. OSINERGMIN, OSIPTEL, OSITRAN y SUNASS. Por si fuera poco, la Presidencia del Consejo de Ministros tiene 08 oficinas. El Acuerdo Nacional, Comisión Nacional Anticorrupción, Consejo Nacional de Bienes Incautados, Oficina de Diálogo Nacional, Dirección Nacional de Demarcación Territorial, Oficina Nacional de Gobierno Electrónico, Secretaría de la Descentralización y Secretaria de Gestión Pública. Como es obvio, este elefante o tortuga estatal como es la PCM, grafica con claridad al excesivo centralismo de las cúpulas partidarias asentadas en Lima y en el Congreso Nacional, quienes aprobaron leyes y luego derivaron al Primer Ministro su organización.
La partidocracia asentada en Lima, siempre quiere tener a su lado a los ministerios para hacer lobbys no preocupándoles el desarrollo integral del país ni la descentralización que es una reforma postergada. El nuevo primer ministro, el congresista cusqueño, Guido Bellido, debe evaluar si se reactiva o desactiva la Oficina de la Secretaría de la Descentralización que depende de la PCM que poco o nada ha hecho por reimpulsar el proceso de descentralización congelado desde el gobierno de Alejandro Toledo el año 2006 y proponer la restitución del Consejo Nacional de Descentralización cuyas oficinas debe estar en el interior del país y con un directorio donde estén representados en forma proporcional el gobierno nacional, los gobiernos regionales y los gobiernos locales.
La descentralización es una política de estado y no de gobierno y eso está enumerado en la Carta Magna, pero también en el Acuerdo Nacional suscrito el año 2001, pero el poder ejecutivo y legislativo no lo han implementado por intereses políticos y económicos en las dos últimas décadas. Eso aún no lo entienden las cúpulas políticas de los partidos tradicionales que tienen asiento en el Congreso que son finalmente quienes debaten y aprueban leyes y reformas constitucionales.
Las reformas con mayor sustento y análisis, deberían partir de las regiones a través de sus consejos regionales, concejos municipales, colegios profesionales y universidades, donde se supone están las élites, pero que poco o nada han hecho, incumpliendo su deber de ser los ojos y oídos de la sociedad civil organizada. Hay que reconocer que las organizaciones ciudadanas salvo excepciones, han sido indiferentes y casi siempre han dejado cancha libre a la partidocracia asentada en la Capital de la República. Urge un nuevo diseño de la estructura estatal, pero tambien una reforma descentralista, comenzando con la PCM. ¿Dará ese paso el nuevo gobierno de Pedro Castillo?
Hugo Amanque Chaiña – Periodista y Abogado