La propuesta de unidad nacional de los “nadies”

Walther Paz Valderrama – Abogado
Tres aspectos relevantes de la ceremonia de juramentación del nuevo Presidente. Uno. El miserable desaire al Presidente Sagasti, al no permitirle que entregue personalmente la banda presidencial a la Presidenta del Congreso, sino que lo haga en la puerta del Congreso y que luego se retire de toda la ceremonia. Venganza miserable de la Presidenta del Congreso a consecuencia de la elección y renuncia de Merino.
Dos. El discurso comienza reivindicando los orígenes civilizatorios de la Nación Peruana y la nefasta herencia colonial española. Esto fue un verdadero deslinde político con el actual sistema racista y excluyente. Con mucho orgullo, se reconoce como el primer Presidente campesino y en este marco, anuncia que Palacio de Gobierno será convertido en un museo, porque representa esa herencia colonial.
Es a partir de ese autorreconocimiento como un “nadie”, que pasa a formular un programa de unidad nacional. Sorprendiendo a la oposición derechista que esperaba un discurso “comunista” aborda propuestas de mejoramiento, fortalecimiento y perfeccionamiento de los programas sociales, de las políticas sectoriales y de una reformulación del presupuesto nacional, que, por la razonabilidad de las medidas, son prácticamente de consenso. Incluso, se formularon claras y directas seguridades al empresariado nacional.
El tema político que lo distingue es la persistencia en la propuesta de la Asamblea Constituyente. No solo presta juramento por ello, sino que pasa a precisar que el camino es la reforma de la actual Constitución para que se permita la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Tres. Es de resaltarse también que la Presidenta del Congreso María Del Carmen Alva haya realizado muecas y desplantes también al nuevo Presidente de la República luego de que este termina el discurso. Dando muestras de que la mano extendida que se le ofrece le resulta totalmente hostil y no tener la mínima vocación democrática.
De otro lado, fueron tres grandes omisiones en el discurso. La primera, nada sobre el proceso de descentralización como política de Estado, a pesar de que se desarrolló algunas medidas sobre transferencias presupuestales a favor de los Gobiernos Regionales y las Municipalidades. La segunda, nada sobre el narcotráfico y políticas al respecto. Y la tercera, nada sobre la reestructuración del Estado para desburocratizarlo y hacerlo más eficaz, no solo en época de pandemia, sino como actuación normal y ordinaria sobre todo acerca de la inversión pública.