Bicentenario Perú 2021: ¿Estado Unitario o Estado Federal?
Por la pandemia sanitaria mundial, nuestro país no ha tenido destacadas actividades por el nuestro bicentenario 2021, ya que hace 200 años atrás, nacimos como Estado independiente y autónomo ante el mundo, liberándoos del yugo español. Algunos datos y reflexiones sobre el tema, nos ayudarán a comprender la importancia de esta fecha histórica, pero también para analizar el presente y proyectar el futuro de nuestra patria.
Antes que el General Jose de San Martín proclamara nuestra independencia nacional el 28 de julio de 1821 en Lima, el Perú que todavía no tenía esa denominación, contaba con una población estimada de 1 millón 200 mil personas. Los historiadores refieren que cuando nacimos como Estado en 1821, en nuestra demarcación territorial departamental denominada antiguamente como intendencias virreinales, el país tenía sólo 7 departamentos. Ellos eran, La Libertad, Ayacucho, Junín, Cuzco, Arequipa y Puno. Nuestra Arequipa hace 200 años atrás, tenía una población estimada de 22,030 habitantes, de los cuales el 72% eran españoles o sus descendientes, 19% eran mestizos, 5% esclavos y 5% eran negros, mulatos y zambos libres.
Hace 200 años antes que se declare nuestra independencia nacional, en el país y en Arequipa los ciudadanos estábamos divididos como hasta hoy. Unos querían y luchaban por la independencia nacional del yugo español que abusaban de los aborígenes, porque cobraban excesivos impuestos y excluían como hasta hoy de las esferas políticas, económicas y sociales a los indígenas o cholos. Contra esa tiranía española se levantaron miles de peruanos que la historia oficial casi siempre la ignora y solo resalta a los criollos que en otro momento abordaremos sobre este tema controvertido.
Tuvimos próceres, mártires y héroes que siempre debemos recordar con gratitud y reverencia, porque lucharon y ofrendaron sus vidas por legarnos una patria libre e independiente. No se puede negar que hace 200 años atrás, había una minoría que no quería la independencia nacional y deseaba que nuestro territorio siga ligada a la corona española, ya que percibía beneficios y prebendas, especialmente la aristocracia y nobleza capitalina asentada en Lima como sucede hasta hoy.
Otro dilema histórico que tuvieron nuestros antepasados hace 200 años atrás fue el siguiente: Si deseamos nacer como Estado independiente y autónomo, ¿Debemos ser un Estado Unitario o un Estado Federal? Al recordarse el 2021 el año de nuestro bicentenario, ¿Hemos avanzado como Estado Unitario o hemos retrocedido y continúan postergados los departamentos y es necesario evaluar la posibilidad de convertirnos en un Estado Federal?
El año 1921, cuando nuestro país celebró el primer centenario de creación, se realizó varios actos celebratorios. Entonces el país era gobernado por el presidente Augusto B. Leguía, que en su mensaje de fiestas patrias tuvo como slogan “La Patria Nueva”. Ese año se realizaron múltiples actividades protocolares, festivas e inauguraciones de obras como homenaje a nuestra patria.
El gobierno de Leguía escatimo gastos para atender a nuestros invitados nacionales y extranjeros. Leguía organizó banquetes, cócteles, bailes, funciones de teatro, carreras de caballos, fuegos artificiales, desfiles militares, carros alegóricos, exposiciones industriales, donde se exhibía máquinas eléctricas, obras de arte y otros objetos elaborados artesanalmente.
Los actos celebratorios principales se realizaron en Lima entre el 24 de julio hasta el 03 de agosto de 1921, siendo la inauguración de la Plaza del Monumento a San Martín el acontecimiento más emblemático y multitudinario de esa época. Los Estados vecinos de América Latina y de Europa, hicieron múltiples obsequios al Perú en nuestro primer centenario de independencia nacional, embelleciendo la capital de la república.
Los alemanes regalaron la Torre del Reloj del Parque Universitario, los italianos el Museo de Arte, los ingleses el antiguo Estadio de Madera, los franceses una estatua a la Libertad, los españoles el Arco Morisco, los chinos una fuente de mármol, los belgas el monumento al trabajo, los japoneses el monumento a Manco Cápac y los norteamericanos una fuente en la Avenida Leguía.
Las obras para la ciudad de Lima se complementaron con ocasión del Centenario de Ayacucho en 1924, cuando se inauguraron los monumentos al Mariscal Sucre y al Almirante francés Petit Thouars, también el Museo Arqueológico, el Hospital Arzobispo Loayza, las Salas Bolívar y San Martín en el Museo Bolivariano de Pueblo Libre y el Palacio Arzobispal.
Al celebrarse el sesquicentenario de nuestra independencia nacional en 1971, no tuvo mucho brillo. Recordemos que nuestro país en 1971, era gobernado por los militares encabezados por el General Juan Velasco Alvarado, quienes dieron un golpe de estado al presidente Fernando Belaunde de Acción Popular, en 1968 a quien acusaron de entreguista por la famosa página 11 que habría entregado nuestros recursos petroleros a una empresa americana.
Los militares velasquistas ingresaron al poder tratando de desterrar el “orden oligárquico” que según ellos, había “postergado al Perú profundo cuya mayor prueba el maltrato a los indígenas en la sierra peruana los que casi siempre ni tuvieron derechos civiles ni políticos”. Luego ingresó Francisco Morales Bermúdez, quien desde en sus discursos afirmó que querían “lograr la segunda independencia del Perú profundo”.
A la luz de los hechos, no lograron todos sus objetivos políticos, económicos ni sociales, porque hoy como ayer, seguimos teniendo los mismos problemas nacionales que arrastramos como Estado desde 1821 y poco hemos avanzado por la carencia de una élite política, económica y social que condujera a nuestra patria al progreso y desarrollo nacional.
Es cierto que nos independizamos hace 200 años del yugo español, pero no nos hemos independizado totalmente del poder político, económico y social e internacional que domina el país y el mundo y continuamos como nación tercermundista, pese a contar con un banco de recursos naturales en el territorio nacional, que es explotado por transnacionales y grupos económicos en provecho de ellos. La mejor prueba es el Gas de Camisea, que es vendido a precios ínfimos en el exterior, pero a los peruanos nos lo venden a precios abusivos con la confabulación de la partidocracia peruana, cuyas cúpulas políticas son mayoritariamente corruptas que desnudó el Caso Odebrecht.
Nuestro Bicentenario 2021 ha pasado desapercibido por la pandemia sanitaria, pero también por la incapacidad de nuestras autoridades nacionales, regionales y provinciales que poco o nada han hecho en el primer semestre del año vigente. Nuestro país hoy atraviesa por una crisis política, económica, social y moral. Seguimos arrastrando los mismos problemas nacionales de hace 200 años con una capital como Lima que concentra casi todo y, por otro lado, los departamentos de la sierra y selva que continúan postergados del desarrollo nacional. La mejor prueba es que un nuevo y pequeño partido provinciano de izquierda como Perú Libre y su candidato presidencial, le ganó, aunque ajustadamente a la partidocracia de la centro derecha limeña encabezada por la representante de la mega corrupción las elecciones de segunda vuelta 2021.
En resumen, creo que los peruanos deberíamos evaluar la posibilidad de continuar con el actual Estado Unitario centralizado en Lima con sus cúpulas políticas, económicas y sociales, o analizamos con seriedad la posibilidad de consultarle al país en un referéndum si debemos dar el salto a convertirnos en un Estado Federal, para que el crecimiento, desarrollo y progreso del país no sea inorgánico como hoy tenemos en el año de nuestro bicentenario. Salvo mejor parecer.
Hugo Amanque Chaiña – Periodista y Abogado