¿Qué diferencia hay entre patriotismo y nacionalismo?
En ocasión de recordarse en el mes de julio nuestras fiestas patrias del Perú y nuestro bicentenario 2021, días atrás un grupo de estudiantes me preguntó, cuáles eran las diferencias entre patriotismo y nacionalismo. Sobre el tema hay mucho que decir. Algunos autores dicen que el patriotismo es “el amor a la patria”, pero otros afirman que es “el amor a la tierra de nuestros padres”. Sin embargo, otros sostienen que “es el amor al terruño y lugar que nos vio nacer”.
Para algunos historiadores, el patriotismo tiene algunos valores irremplazables. En primer lugar, la defensa de la soberanía, es decir el territorio físico, pero también nuestra autodeterminación para definir nuestra forma de organización estatal o social. En segundo lugar, el culto a nuestros héroes, mártires, próceres y precursores que lucharon por nuestra independencia nacional. En tercer lugar, figuran nuestras tradiciones y costumbres históricas que han pasado de generación en generación hasta hoy. Otros autores, sin embargo, sostienen que todo patriota debe respetar cinco aspectos si querernos considerarnos ciudadanos ejemplares.
Entre ellos, los siguientes: a) el amor a nuestra patria, cualquiera sea la circunstancia que ella atraviese. No puede uno considerarse buen peruano cuando su país atraviesa por etapas de bonanza y renegar de ella cuando atraviesa por momentos de incertidumbre o no le conviene a sus intereses personales o sectoriales, b) el honor a nuestros héroes, próceres, mártires y precursores, así como también a sus instituciones tutelares que ofrendaron su vida y lucharon por nuestra independencia nacional, c) el respeto a nuestras normas constitucionales, legales sociales, morales, económicas, culturales y éticas ya que, si no hay orden y seguridad, puede darse paso a la anarquía, d) la defensa de nuestra soberanía o territorio, sea por militares o civiles en defensa de la patria cuando haya amenazas internas o externas, e) la vocación de servicio, lo que supone participar activamente cuando nuestra patria nos llama o convoca para fines altruistas.
No hay duda que el patriotismo es un sentimiento íntimamente ligado al ser humano cualquiera sea el lugar donde hayamos nacido. Pero también sus excesos, llevados a ideales extremos pueden ser muy peligrosos. Dos pensamientos pueden definir muy bien estos preceptos. El poeta británico Lord Byron afirmó que “el que no ama a su patria, no puede amar nada en la vida”. Ben Johnson por su parte señaló que “Patriotismo es el último recurso al que apelan los bribones”. Esta última frase nos quiere decir, que a veces gobernantes y líderes, han enarbolado sentimientos patrióticos para fines personales, ideológicos, políticos o económicos ajenos a los ideales comunes de una nación, poniendo en riesgo la estabilidad de la población o de un estado.
El nacionalismo, sin embargo, es una ideología y movimiento político-social que está íntimamente ligado a la identidad nacional como factor predominante. No todas las formas del nacionalismo son malas. Los hubo pacíficos, moderados, pero también violentistas, intolerantes y discriminatorios en los últimos siglos. Los casos más flagrantes en el siglo XX se dieron con el fascismo de Mussolini y el nacionalismo de Hitler que asesinaron a millones de sus compatriotas y en extranjero y nos condujeron a guerras mundiales. El nacionalismo, generalmente lo enarbolan los lideres extremistas de izquierda y derecha en el mundo, tratando de generar simpatía en el pueblo para afianzar sus ideologías políticas, que a veces pueden generar imprevisibles consecuencias, generando un enfrentamiento abierto, dejando de lado la racionalidad y ecuanimidad, dando paso a la pasión y el delirio propio de los talibanes, donde no impera la razón ni la sensatez.
Por lo tanto, no es lo mismo hablar de patriotismo, que nacionalismo, ni fascismo, entendido este último, como una ideología que surgió en Italia y que impuso el corporativismo estatal y totalitario con una economía dirigida. El patriotismo no es malo en sí, aunque un excesivo patrioterismo puede conducirnos al “chauvinismo” lo que puede dar lugar a un enfrentamiento social peligroso. Ya en el siglo XXI y pese a que la globalización se ha impuesto, el patriotismo y el nacionalismo siempre seguirán existiendo, porque los pueblos amaran moderada y excesivamente su patria, ya que este es un sentimiento que nace y muere en el ser humano cualquiera sea el lugar donde hayamos nacido en la tierra.
Hugo Amanque Chaiña – Periodista y Abogado