La verdadera fecha de la independencia del Perú

Hugo Amanque Chaiñajulio 22, 202111min0
Hugo Amanque Chaiñajulio 22, 202111min0

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La verdadera fecha de la independencia del Perú

tupac

¿Cuántos pueblos en el mundo han tenido un precursor de nuestra libertad que haya significado tanto y que haya muerto en forma tan despiadada y hoy no tenga un lugar privilegiado en la independencia del Perú?  El 18 de mayo de 1781, fecha de su ejecución, debería conmemorarse como el Día Nacional con desfiles y alegorías, pero hoy es un día cualquiera. Por temor o racismo, se ha tratado de adormecer la conciencia revolucionaria del pueblo peruano. Túpac Amaru luchó cara a cara y levantó a las masas adormecidas. No asesinó a inocentes, ni peleó a escondidas.  La invasión de los españoles tuvo dignos héroes y mártires de la resistencia antes que nuestra Patria se llamará Perú. En los festejos de la independencia de hoy, se les ha ignorado olímpicamente a los verdaderos héroes de la liberación para dar al indio la imagen de sumiso, torpe e ignorante.

México, recuerda con fervor a Cuauhtémoc. Nosotros, los que nacimos en el Perú, no hemos dado ningún reconocimiento a Manco Inca, el iniciador de la independencia peruana, a pesar de que su rebelión causó el doble de bajas españolas que las sufridas por los conquistadores en México. Su resistencia de guerra permanente, duró desde 1534 hasta 1572, fecha en que fue asesinado el último inca. Tampoco se hace recordación a Cahuide, el jefe que defendió el asedio a la fortaleza cusqueña de Sacsayhuamán y que asombró a Hernando Pizarro por su valentía y figura ordenando que lo tomasen vivo. Cahuide luchó hasta el final y al verse perdido, no quiso dar gusto a los españoles y se arrojó desde la alta muralla encima de ellos.

Otro general que luchó por la expulsión de los invasores venidos de España, fue el general de Manco Inca, llamado Titu Yupanqui, quien bajó desde Jauja dispuesto a acabar con todos los españoles de Lima o morir en su intento. La asedió, la atacó y murió en el intento. Estos héroes de la resistencia indígena, están hoy relegados   en páginas interiores de los libros de nuestra historia por intereses creados. Ningún homenaje público, ninguna palabra oficial en las ceremonias cívicas de la independencia y ningún reconocimiento póstumo. Las consecuencias del silencio son tristes, porque late en el fondo de la sangre de nuestros pobladores una indignación peligrosa contra los descendientes de los criollos, que han falsificado la historia nacional para seguir usufructuando el poder político y económico de la nación peruana.

En realidad, el máximo héroe continuador de la lucha de la emancipación peruana, fue José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaru. Mestizo, curaca de Pampamarca, Surimana y Tungasuca. Cansado de ver tantas opresiones, humillaciones e injusticias de los invasores contra los indios, se levantó en armas en 1780 contra los españoles.  Sus huestes estaban armadas con palos y piedras. Posteriormente lograron sublevar a la gran región andina y consiguieron algunos fusiles. Ganó varias batallas. Se le unieron blancos y negros a quienes dio libertad, (un siglo antes que Lincoln). Llegó a formar un ejército de más de cincuenta mil hombres. Su osadía aterrorizó a los españoles quienes se reforzaron apropiadamente y finalmente lo derrotaron el 6 de abril de 1781.

La represión española fue sangrienta ya que cien mil personas fueron ejecutadas posteriormente en la región andina. Antes de dar muerte a Túpac Amaru, le obligaron a ver la ejecución de sus amigos y familiares. A su joven hijo Hipólito, le cortaron la lengua y después lo ahorcaron. A su esposa, Micaela Bastidas, por tener el cuello muy fino, resistió a la pena del garrote vil, pero entonces la estrangularon con sogas y terminaron matándola a puntapiés. A Túpac Amaru se le cortó la lengua, luego se le quiso desmembrar atando sus extremidades a cuatro caballos: pero lo que consiguieron fue descoyuntarlo. Al no morir, le arrastraron al cadalso y le cortaron la cabeza. Así, no solamente dio una simple proclama de la independencia, sino entregó su vida y su sangre por la libertad del Perú y de América.

¿Cuántos pueblos en el mundo han tenido un precursor de nuestra libertad que haya significado tanto y que haya muerto en forma tan despiadada y que hoy no tenga un lugar privilegiado entre los hombres a honrar en el día de la Patria? El 18 de mayo de 1781, fecha de su ejecución, debería conmemorarse como el Día Nacional con desfiles y alegorías, pero hoy es un día cualquiera en el calendario oficial. Por temor o racismo, se ha tratado de adormecer la conciencia revolucionaria del pueblo peruano. Túpac Amaru luchó cara a cara y levantó a las masas oprimidas. No asesinó a inocentes, ni peleó a escondidas. Sólo una larga avenida lleva su nombre y recorre el sector más pobre de la capital, Lima. Millones de peruanos viven alrededor de ella queriendo testificar que de nada sirvió la inmolación de uno de los mayores patriotas de nuestra historia.

En realidad, San Martín solo es el continuador de tantos peruanos, sean indígenas mestizos o criollos que ofrendaron sus vidas por alcanzar la justicia y la libertad como Mariano Melgar en Arequipa y otros próceres que los peruanos recordamos con fervor. El 28 de Julio de 182, San Martín solamente dio su proclama de la independencia en la plaza principal de Lima, mientras el ejército español se paseaba por diferentes partes del Perú, aniquilando a cuanto patriota que se oponía a sus fechorías. San Martín nunca quiso enfrentarse a las huestes españolas debido a que había firmado con el Virrey la Serna, el pacto de no agresión. Mientras al ejército español comandado por La Serna para ganar tiempo, se internó a la sierra sur para batir a los rezagos de pobladores patriotas que desde 1814 se habían revelado en Tacna, Moquegua, Cuzco y Arequipa.

Es por ello que San Martín a su entrada a Lima, no ofreció resistencia por parte del ejército realista y los criollos refugiados en Lima, se le unieron a fin de usurpar el poder a los verdaderos patriotas que entregaban sus vidas en los campos de batalla de sur. Tal es así que los presidentes o representantes de los inicios de la república en 1821, nunca empuñaron las armas a favor de la verdadera independencia nacional del Perú y desde el poder centralizado en Lima, marginaron a los patriotas del sur que habían tomado parte directa en la confrontación con el ejército español.

Si se es justo, algún día la verdadera historia prevalecerá sobre la mentira, es decir, la historia falsificada por los criollos. El iniciador de la emancipación peruana fue Manco Inca, descendiente de los dueños de estas tierras, los indios del Perú, y que hoy disfrutamos de los beneficios de estas grandiosas tierras lleno de abundantes recursos naturales que está en manos de grupos económicos o trasnacionales ante la traición de felipillos que fungen de gobernantes.

Y, por último, la independencia peruana, se logró recién en la Pampa de la Quinua de Ayacucho el 09 de diciembre de 1824 con la rendición del ejército español y con la firma del acuerdo que regresaran a España y que no volverían nunca más. Ello se logró gracias a la lucha de miles de indios, mestizos, negros, mulatos y pocos blancos que integraban el ejército dirigido por el Mariscal Antonio de Sucre de origen venezolano. Mientras los criollos en Lima compartían el gobierno con el Virrey la Serna desde 1821 hasta 1924. Nos preguntamos entonces en el mes jubilar de nuestra Patria y de nuestro Bicentenario 2021. ¿Somos justos y honramos hoy en la celebración de nuestra independencia del 28 de Julio o seguiremos ignorando a los verdaderos artífices de nuestra emancipación nacional?

Juan Asto – Docente Universidad Cesar Vallejo

Hugo Amanque Chaiña


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