¿Quién será el próximo presidente del Congreso Nacional?

Hugo Amanque Chaiñajulio 10, 202111min0
Hugo Amanque Chaiñajulio 10, 202111min0

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¿Quién será el próximo presidente del Congreso Nacional?

frontis del parlamento

Es difícil predecir ni pronosticar quién será el próximo presidente del Congreso Nacional para el periodo 2021-2022 por varias razones. En primer lugar, porque el 95% de legisladores son novatos, no tienen experiencia legislativa ni tienen trayectoria reconocida a nivel en las diez bancadas parlamentarias elegidas por el pueblo el 11 de abril en la primera vuelta electoral, por lo que podría colegirse que nadie brilla con luz propia para presumir que tenga la mayor opción para dirigir el palacio legislativo desde el 28 de julio del 2021.

En segundo lugar, el nuevo Congreso está muy atomizado ya que tendrá diez bancadas parlamentarias, son muchos grupos políticos y como es obvio sus voceros o representantes ya están haciendo lobbies para alianzas políticas para controlar la mesa directiva del nuevo parlamento. Es difícil de pronosticar si la derecha política pueda ceder a las pretensiones de la izquierda política para conducir el parlamento en los próximos doce meses.

En tercer lugar, de las diez bancadas parlamentarias, 3 grupos políticos representan a la derecha y extrema derecha en el poder legislativo. Ellos son, Fuerza Popular que tiene 24 legisladores, Renovación Popular con 13 legisladores y Avanza País con 7 legisladores, que suman en total 44 congresistas que vienen a ser un tercio en el palacio legislativo. Los partidos de centro derecha son 5 y ellos son, Acción Popular con 16 parlamentarios, Alianza para el Progreso con 15 parlamentarios, Podemos Perú con 5 parlamentarios, Somos Perú con 5 parlamentarios y el Partido Morado con 3 parlamentarios que suman en total, 44 parlamentarios. El tercer bloque lo conforman los 2 partidos de izquierda que son, Perú Libre con 37 legisladores y Juntos por el Perú con 5 legisladores, que suman en total 42 legisladores.

En cuarto lugar, podría afirmarse entonces que el nuevo Congreso 2021-2026, tendría tres bloques definidos ideológica y políticamente, donde obviamente la centro derecha y derecha extrema tendrá el control mayoritario del palacio legislativo, quedando relegado la izquierda política e ideológica. Por lo tanto, se puede entender que estos tres bloques políticos e ideológicos, ya están negociando votos para controlar el poder legislativo en función a sus interés políticos, económicos e ideológicos.

En quinto lugar, con seguridad, la derecha política tratará de persuadir a los partidos de centro derecha para controlar la mesa directiva del legislativo y evitar que la izquierda política conduzca el parlamento nacional. Por ejemplo, la extrema derecha del nuevo parlamento, representada por Renovación Nacional, Fuerza Popular y Avanza país, no quieren ninguna reforma constitucional a la actual Carta Magna, ya que, para ellos, sería un retroceso porque ellos interpretan que la Carta Magna ha traído “crecimiento y desarrollo para el país”, obviando que no se percibe indicadores del desarrollo humano en la población nacional asentada en la sierra y la selva peruana. Eso se evidenció con el amplio apoyo del interior del país a Pedro Castillo que nunca tuvo el apoyo de los poderes facticos del poder económico, político y mediático del país centralizado en Lima.

En sexto lugar, la centro derecha política en sus planes de gobierno en las elecciones 2021, han reconocido en sus planes de gobierno que la Constitución necesita algunas reformas precisas, es decir, un maquillaje concreto y puntual, pero no una reforma total, ya que a ellos les interesa mayores inversiones nacionales e internacionales, aunque ello suponga sacrificar derechos conquistados y que incluso violan tratados internacionales que el Estado Peruano ha suscrito en las últimas décadas.

En séptimo lugar, la izquierda política parlamentaria representada por Perú Libre y Juntos por el Perú, en sus planes de gobierno, han propuesto la reforma integral de la Carta Magna que pasa por un referéndum nacional donde el pueblo respalde o rechace la aprobación de una nueva Constitución. La izquierda tiene apoyo popular mayoritario, pero no tiene el respaldo de los grupos económicos ni mediáticos centralizados en Lima quienes ejercen enorme influencia en la opinión pública y terruquean, estigmatizando a quienes difieren de sus posiciones políticas y económicas que representan al pensamiento conservador y ultramontano, creyendo ellos que el país es un paraíso.

En octavo lugar, La derecha y la centro derecha harán lo imposible para bloquear en el nuevo Congreso la reforma total de la Carta Magna conforme lo permite el artículo 32 de la Constitución, previo referéndum aprobado por el pueblo. Si Pedro Castillo es proclamado presidente de la república por el JNE, Castillo, podría presentar por escrito y con acuerdo del Consejo de Ministros una petición de reforma constitucional al Congreso, lo que con seguridad sería bloqueado por los partidos de la extrema derecha y centro derecha lo que podría dar lugar a una acusación constitucional contra el Jefe de Estado, que conduciría a una vacancia presidencial, preludio de una grave crisis política e ingobernabilidad.

En noveno lugar, la única posibilidad de una reforma constitucional consensuada entre la derecha e izquierda legislativa, es que la centro derecha parlamentaria, ceda y conduzca el palacio legislativo pensando en el país y el bienestar común de los peruanos y en aras de la gobernabilidad y estabilidad nacional, convoque al Acuerdo Nacional que representa a todas las instituciones estatales y de la sociedad civil para consensuar las reformas que demanda el pueblo peruano. Ese sería el foro democrático de consenso para que las fuerzas políticas y sociales propongan las reformas que podría hacerla el nuevo Congreso si hay voluntad política para ese objetivo nacional. La otra propuesta, es que el pueblo firme y exija los planillones del referéndum para consultarle al país si aprueba o desaprueba la redacción de una nueva Carta Magna, amparándose en los principios constitucionales del referéndum y la soberanía popular que consagra nuestra Constitución al cual no podría oponerse los nuevos 130 legisladores.

En décimo lugar, la derecha y la centro derecha parlamentaria tienen un reto histórico en el año de nuestro bicentenario 2021 como república independiente y soberana. Hay que admitirlo, ellos tienen mayoría legislativa en el palacio legislativo. O ceden y consensuan reformas constitucionales o simplemente el pueblo se levantará en las calles y plazas públicas para exigirles reformas constitucionales como sucedió en Chile, donde se acaba de instalarse una Asamblea Constituyente que redactará la nueva Constitución, luego que el pueblo mapochino demandó en movilizaciones ciudadanas la derogación de la Constitución Pinochetista que se logró luego de la violenta represión de las fuerzas policiales donde fallecieron más de 22 ciudadanos chilenos y 2,200 heridos el año 2019. Pero lo histórico, fue la multitudinaria movilización de más de 1 millón de ciudadanos de todas las clases sociales quienes en la Plaza Italia de Santiago de Chile, exigieron a la élite política, cambios profundos, al país que la derecha neoliberal lo utilizó como “país vitrina” de América Latina en las últimas tres décadas, lo que fue un espejismo político que fue derribado por la movilización de la sociedad civil chilena.

En conclusión, o el nuevo Congreso sintoniza con la mayoría del pueblo peruano que exige reformas constitucionales, o simplemente perderá credibilidad y legitimidad de nacimiento convirtiendo al país en un polvorín de imprevisibles consecuencias. La coyuntura que vive el país es difícil e impronosticable. La primera prueba de fuego para el nuevo parlamento, será la elección de la mesa directiva del Congreso y de su presidente, quien puede pasar a la historia república como generador de consensos y gobernabilidad o un atizador de multitudes que nos puede generar funestas consecuencias políticas, económicas y sociales. ¿Elegirán los 130 congresistas a un presidente que maneje el parlamento como política de estado pensando en el bien común o como un feudo político e ideológico de la derecha y extrema derecha que podría generar anarquía y enfrentamiento social en el país?

Hugo Amanque Chaiña – Periodista y Abogado

 

Hugo Amanque Chaiña


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