Leyes, flexibilidad y sentido común
La humanidad se rige por Constituciones, Leyes, Decretos y Reglamentos. Eso no se discute, todos estamos obligados a obedecerlas, y cumplir lo que disponen. Entiendo también que estas disposiciones de Justicia están hechas por hombres, que son falibles, y ellos son los que las modifican o las reemplazan con otras. Pero, ¿cuándo? Supongo que cuando han perdido vigencia o las circunstancias de la vida obligan a ello.
En los médicos hay una situación muy particular. Ellos tratan al ser humano el que nace una sola vez y muere también una sola vez. No hay modificaciones, ni poder en el universo que lo disponga. En la mente del médico hay la flexibilidad. Los niños no nacen por decreto ni los adultos mueren por disposición legal. No tienen fecha ni hora. No hay reglas fijas que dispongan cuando se nace y cuando se muere. Pero la conservación de la vida depende de los médicos que obedecen las leyes, pero tienen flexibilidad y sentido común.
Daré algunos ejemplos de flexibilidad.
Para el examen de ingreso a la universidad hay un reglamento que dispone que la hora de ingreso es de 7 a 9 am, el examen es de 9 a 11 am. A las 9 am, en punto se cierran las puertas. Una vez, a los pocos minutos de ser cerrada la puerta llegó un grupo de alumnos postulantes y padres de familia y gritaban: “Señores de la Universidad, venimos de la ciudad de Aplao, hemos salido a las dos de la mañana, el carro se malogro y recién estamos llegando”. Los empleados que controlaban las puertas les dieron la espalda y les contestaron ¡Por que no han salido de Aplao la noche anterior! (Ello implicaba llegar a un hotel, es de suponer que este inconveniente no estaba previsto por los padres de familia y probablemente, muchos o algunos no tenían dinero para este gasto).
En ese instante vi y escuche la flexibilidad humana del señor Rector, quien ordenó: “abran la puerta”. Los alumnos entraron “volando”, pero se les advirtió que el examen siempre terminaba a las 11am. Solo Dios sabe cuánto de agradecidos quedaron esos padres de familia y sus hijos postulantes. Flexibilidad.
Otra vez un alumno destacadisimo, diríamos primer puesto de su promoción viajo a un congreso de estudiantes al extranjero. Le faltaba el último examen de su carrera, calculó bien el viaje, pero la conexión de avión en Lima le falló y no pudo llegar a tiempo en la mañana, llegó en la tarde. Al día siguiente lo vi en la facultad que caminaba triste y sin ánimo, el nuevo examen era al año siguiente. En resumen, perdería un año. Le pregunté ¿Qué te pasa? Me explico su situación y me dijo: “comprendo doctor, no he llegado a tiempo perderé el año “. Entre a la secretaría y pregunte a las señoritas” ¿Ya han llevado los exámenes a la Oficina Central? Me respondieron “En este momento los estamos llevando”. Esperen un momentito les dije. Llame al alumno y lo hice entrar a una sala privada y le di el examen para que lo resuelva. El alumno volvió a la vida, resolvió su prueba escrita y me la entregó a los 15 minutos. Lo que más me llamó la atención fue que esa prueba fue calificada con 19 puntos. El alumno egreso al poco tiempo, me mandó una tarjeta desde Brasil, ahora está haciendo un doctorado entre suiza y Alemania. Flexibilidad señores.
Cuando uno trabaja en un hospital, en cada paso y en cada momento se está dando citas consejos y consultas con la mayor naturalidad y bondad. Pero corrían las voces de que algún médico estaba cobrando fuera de su sueldo. Por eso el gerente dio una disposición: “Está prohibido que los médicos especialistas atiendan directamente a los pacientes”, deben esperar a que sean llamados. Lo que implicaba que el paciente que llegaba con alguna docencia al servicio de emergencia, digamos a las 8 de la mañana debería ser visto primero por el interno de medicina, que después llamará al residente, que tiene más experiencia quien hará una consulta al jefe de servicio, quien remitirá la interconsulta al otro jefe de servicio de la especialidad conveniente, quien ordenara al especialista que atienda al paciente que está esperando en emergencia lo que implica que llegará a medio día.
Yo siempre que estuve en contra de esa disposición Ironía: una mañana, entraba al hospital y veo echado en una camilla al Gerente que había dado la disposición ya narrada. Estaba retorciéndose de dolor por un cólico renal, lo saludé y le dije: “Según la directiva que usted ha dado, yo no lo puedo atender…Pero me dijo ¡Usted comprenderá doctor!… Inmediatamente lo atendí y mejoro. Qué tal que, cumpliendo la directiva, hubiera estado varias horas padeciendo el dolor, por ello digo flexibilidad.
Me atrevo a escribir sobre nuestro momento actual. Juristas de primera, clase con muchísima experiencia, mencionando el número de muchos artículos, que nosotros, los no abogados, no entendemos. Soy un médico cirujano, Profesor Emérito de la Facultad de Medicina de la UNSA. Los juristas discuten sobre si unos papeles se deben recibir solo hasta las 8.30 pm. y otros alegan que debe ser hasta las 11.59 p.m. Tengo la impresión que con un horario sale un presidente y con el otro horario sale otro presidente. Puede haber división de sentimientos imborrables, hasta con odio. Con flexibilidad, bondad y sentido común acaba todo.
Si la policía registra a un inocente sospechando un robo, que lo registren cincuenta veces, no encontraron nada. Solo el culpable se resiste al registro. Se deben contar los votos y las actas hasta el último papelito. Para que todos queden satisfechos. La hora de inicio y fin la dan los hombres y la modifican los hombres. FLEXIBILIDAD Y SENTIDO COMÚN.
Ayar Peralta Vizcarra – Doctor en Medicina