Quién gobernará el Perú no la tendrá fácil en los próximos años

Para quién finalmente ocupe el “Sillón de Pizarro”, no le será nada fácil gobernar el Perú y menos cumplir las promesas hechas durante la campaña electoral, debido a las crisis sanitaria y económica que se vive, producto de la pandemia del Covid y que pone en evidencia todas nuestras flaquezas.
Creemos que, sea Pedro Castillo Terrones o Keiko Sofía Fujimori Higuchi, quien finalmente logre superar en las próximas horas el empate técnico y gobierne nuestro país a partir del 28 de julio, los peruanos y especialmente las provincias seguiremos postergadas, porque ni uno ni otro candidato podrá cumplir las promesas populistas que hicieron estos candidatos con la finalidad de captar los votos de una ciudadana decepcionada de la política peruana.
Si Lima, por su gran población electoral, aunque esta vez con ayuda del norte y centro costeño logra imponer a su candidata para que gobierne el Perú, Keiko Sofía Fujimori Higuchi, del Partido Fuerza Popular, será la primera presidenta mujer del país y la mandataria del Bicentenario, tras ganar por milésimas, centésimas o simplemente por menos de un punto, a su contendor Pedro Castillo Terrenos del movimiento Perú Libre.
Pero si Pedro Castillo Terrones logra mantenerse en el primer lugar, las 17 provincias de sierra, selva y sur peruano que votaron por él, habrán logrado derrocar a la gran Lima que a lo largo de la historia siempre ha impuesto su voluntad para dirigir los destinos del Perú.
La verdad que para muchos hasta ahora no comprendemos como Keiko Fujimori llegó a la segunda vuelta y más aún, como logró competir con Pedro Castillo; pues de acuerdo a sondeos de opinión otros candidatos tenían mayor aceptación en la población y de haber pasado a la segunda vuelta la candidata de Fuerza Popular con cualquier otro competidor, hubiera perdido fácilmente. Ojalá que en esto no haya nada turbio y será el tiempo quien finalmente dirá si pecamos de mal pensados o no.
De ganar Pedro Castillo, deberá reforzar sus cuadros técnicos y conformar un equipo de constitucionalistas para poder concretar su proyecto de cambio de la Carta Magna y del modelo económico; pero también tendrá que ser flexible en sus ideas y concertar con los grupos de poder a fin de mantener la paz y estabilidad económica.
En cambio, si Keiko Fujimori, logra el poder porque a la tercera tenía que lograr su objetivo, (primero en el 2011 perdió ante Ollanta Humala y el 2016 frente a Pedro Pablo Kuczynski); tendrá de su parte a todos banqueros, mineras, grandes empresarios y grupos de medios de comunicación, quienes, al sentir más seguros sus intereses, esperamos que ahora bajen la cotización del dólar que la pusieron por las nubes y por ende el costo de las subsistencias.
Dicen que las mujeres somos buenas administradoras de la economía, pero el gobierno de los próximos años no será fácil para Keiko Fujimori, pues juega en su contra su pasado y el de su progenitor marcado por actos de corrupción; por tanto, lo primero que lograría, tras ceñirse la banda presidencial, será la inmunidad parlamentaria; luego se abocará a lograr la libertad su padre; y sólo después se abocará a cumplir sus promesas electorales que no son pocas y la mayoría sin sustento económico.
Cualquiera que gane la segunda vuelta, a partir del 28 de julio, deberá gobernar sin mayoría en el Congreso y para tener un mayor apoyo legislativo, deberá hacer uso de todos los recursos para tejer alianzas.
Pero de no cumplir con las promesas hechas durante la campaña electoral, que es lo más probable que ocurrirá por la falta de recursos económicos y porque muchas de las promesas son inaplicables, esto hará que rápidamente la población se ponga en contra del futuro (a) mandatario (a) y se vuelque a las calles. Ojalá la sangre no llegue al río y quien pierda, asuma su derrota con tranquilidad y quien gane reciba el apoyo de todos para que nuestro país pueda superar las crisis que nos agobian.
Nexmi Daza Arenas – Periodista