Habrá segunda vuelta entre candidatos de derecha e izquierda en las elecciones 2021 afirma analista Marquina
La gran cantidad de candidatos presidenciales demuestra la fragilidad de la institucionalidad después del autogolpe de Fujimori el año 1992, pero también continúa la tradición caudillista de los partidos políticos que no concretaron alianzas electorales, habiéndose mercantilizado la política con los partidos que hoy son vientres de alquiler. Así lo afirmó el economista y analista político, Rodolfo Marquina Rodríguez, quien sostiene que los partidos de la derecha son los candidatos presidenciales de Avanza País, Renovación Popular, Fuerza Popular, Acción Popular y Partido Popular Cristiano, mientras que en la izquierda están, Juntos por el Perú, Perú Libre y Frente Amplio, al tiempo de referir que Vizcarra será elegido como congresista pese a su cinismo. Compartimos la entrevista que concedió al portal digital Arequipa Misti Press.
Ante los Jurados Electorales se inscribieron inicialmente 24 partidos políticos con candidatos presidenciales, pero solo quedan hoy 18 para las elecciones del 11 de abril. ¿Por qué razones hay tantos candidatos presidenciales en el país y qué está fallando en el sistema político del país?
En las elecciones presidenciales de las últimas décadas, la cantidad de candidatos ha sido variable. En 1963 participaron 4 partidos y luego del período militar, en 1980 participaron 15 partidos políticos. En el 2001, luego de la fuga de Fujimori, participaron 8 partidos y en la última elección presidencial del 2016, tuvimos 14 candidatos. La principal diferencia radica en que hasta los años 80 la mayoría de partidos eran organizaciones con ideología, doctrina y programa. A partir del 90 junto a la profundización del modelo neoliberal, la predica individualista condena la acción doctrinaria y la sustituye por un pragmatismo tecnocrático en las posiciones de la derecha. En el caso de la izquierda, sus posiciones políticas son estigmatizadas con el terrorismo, lo que provoca un serio aislamiento de la sociedad. Gradualmente esta crisis de los partidos políticos va dando paso a un proceso de mercantilización de la política que tiene como uno sus mayores estímulos en el voto preferencial que pretendía controlar el poder de las estructuras partidarias, las llamadas cúpulas partidarias, que son reemplazadas por el poder del dinero y el surgimiento de los partidos “combi” donde los candidatos son acompañantes pasajeros sin mayor obligación de dar cuenta de sus actos al partido. Este proceso fue consecuencia del resquebrajamiento de la institucionalidad del país desde el autogolpe fujimorista de 1992.
¿Por qué razones según su criterio, los partidos de derecha, centro e izquierda no se unieron en alianza o frentes electorales para las elecciones 2021? ¿Qué razones primaron entre las cúpulas para NO evitar la atomización de las candidaturas?
La crisis de los partidos es innegable y en ese contexto de gran dispersión todos se consideran con las posibilidades de triunfar. El otro estímulo para la mayoría de los partidos es la expectativa para aprovechar el carácter patrimonial que ha adquirido la gestión del gobierno estas últimas décadas. Los arreglos de intereses particulares, como son los de las universidades negocio, la defensa y promoción del extractivismo u otros, son los que auspician esta falta de voluntad para concertar alianzas. Esto abarca a todo el espectro político. En el caso de la izquierda, tiene una particular connotación una tradición caudillista que ha llevado a perder el capital político acumulado hasta mediados de los años 80.
¿Por qué razones tenemos partidos vientres de alquiler en estas elecciones 2021? ¿Cómo evitar a futuro que esto se perennice en las próximas elecciones en el país?
La crisis del sistema de representación política, la devaluación de la política como la gestión de los intereses colectivos en las instancias de gobierno y la profundización de la corrupción en la gestión pública, produjo la mercantilización de la política, cuya mayor expresión son los partidos “vientres de alquiler”, que subastan las candidaturas al margen de cualquier compromiso programático. Esto provoca adicionalmente una inestabilidad y nula predictibilidad de la política en el congreso y en los cargos diferentes niveles de gobierno.
Según su criterio, ¿Cuál de los candidatos presidenciales los ubica usted en la derecha, en el centro y en la izquierda peruana y por qué razones?
Conforme avanza la campaña electoral, en medio de la crisis generada por la pandemia, las posiciones se han polarizado entre quienes defienden el modelo, que son la mayoría de agrupaciones y quienes plantean su cambio y proponen una nueva constitución y prácticamente se ha producido un vaciado del centro. En la derecha, destacan Avanza País, Renovación Popular, Fuerza Popular, Acción Popular y el PPC entre otros, mientras que en la izquierda se ubican Juntos por el Perú, Perú Libre y el Frente Amplio.
¿Qué factores deben evaluar los electores de los candidatos presidenciales y congresales para emitir su voto en las elecciones 2021 y no arrepentirse posteriormente?
Evaluar la trayectoria personal, la trayectoria del partido o movimiento político y el programa ofrecido. A pesar de las normas que han tratado de filtrar inconductas o antecedentes penales en los candidatos se han repetido casos de postulaciones de personas con procesos en curso o declaraciones incompletas hasta los últimos momentos. Ante la fragilidad de los mecanismos partidarios para ejercer un control sobre los representantes, la vigilancia ciudadana debe ejercerse desde la elección, informándose sobre la trayectoria personal del candidato, sobre todo en el ejercicio de funciones de representación y área gremial, funcional o territorial. En segundo lugar, la trayectoria de la agrupación política y su propuesta programática.
¿Es usted partidario de reformas constitucionales, una asamblea constituyente que redacte una nueva carta magna o no debe reformar nada de la actual ley fundamental y por qué razones si podría sustentarlo brevemente?
La crisis del modelo en los aspectos político social y económico nos exige una nueva constitución, entendida como un nuevo contrato social, que defina las reglas entre los ciudadanos y el Estado. El neoliberalismo a ultranza que se aplicó en nuestro país, desmontando el Estado y utilizándolo para la protección del poder económico asociado a las industrias extractivas, el sector financiero y la agro exportación, ha profundizado la desigualdad y nos ha proporcionado un sistema económico incapaz de absorber a los miles y miles de jóvenes que anualmente se suman a la fuerza laboral y que a falta de alternativas se incorporan a la informalidad que abarca al 80 del empleo. Se requiere la convocatoria a una asamblea constituyente al más breve plazo.
¿Cómo observa usted el rol de los medios de los medios de comunicación de Lima y de Arequipa en esta campaña electoral 2021?
Hay de todo, algunos medios escritos como Expreso o Willax en la televisión han tomado partido abiertamente por las posiciones ultraconservadoras con absoluto desprecio por la verdad y los hechos y la mayoría con información circunstancial o cotidiana si constituir líneas definidas. En los medios regionales, sobre todo radiales, se aprecia una tendencia hacia el efectismo en medio de la crisis y pocos espacios reflexivos e informativos. La apertura de las líneas telefónicas permite una amplia cobertura del descontento, poco análisis y menos propuestas.
¿Cuál es su apreciación de las encuestadoras con los últimos resultados de las encuestas respecto a la campaña electoral 2021?
Lo sondeos de opinión a nivel internacional se consideran como un recurso valioso para la toma de decisiones ya sea empresariales o políticas, sin embargo, en nuestro medio se han desprestigiado por los hechos de corrupción en la época del fujimorismo, confesados por Montesinos quien se ufanaba de establecer las pautas a algunas encuestadoras. También tenemos el mal ejemplo de una encuestadora que aparecía cada elección para otorgar los mejores pronósticos al Apra, que luego eran rotundamente desmentidos por la realidad de la votación. Los pronósticos que a la fecha se han realizado nos han mostrado las tendencias de las últimas semanas en cuanto a las caídas de Forsyth, Acuña, Urresti, el crecimiento de Lescano, Verónica, López Aliaga y Fujimori
¿Qué ventajas y desventajas personales observa usted entre los principales candidatos presidenciales ante el electorado nacional?
La principal desventaja es la fragilidad de las estructuras partidarias, el desarraigo en la población que, luego, se muestra en la desvinculación de los representantes de sus representados o sus electores, y la dificultad para ejercitar un real control ciudadano. En el panorama actual es difícil encontrar ventajas, salvo el hecho que la agudización de la crisis exige posiciones claras en cuanto al cambio o la continuidad del modelo.
¿Estima usted que habrá o no segunda vuelta electoral 2021 y que candidatos pasarían a ella?
Habrá segunda vuelta de todas maneras, dada la gran dispersión que nos muestran los sondeos de opinión. Que el candidato con mayor preferencia se halle a nivel del 10% y los 4 siguientes estén alrededor del 8%, con las tendencias variando constantemente, permite prever que podrían pasar Lescano, Verónica, Forsyth, López Aliaga y Keiko Fujimori.
¿Cree usted que los arequipeños tendremos mejor representación parlamentaria en el periodo 2021-2026 con los candidatos actuales en relación a los congresistas del corto periodo 2020-2021?
Es difícil, la gran mayoría de candidatos no tienen una trayectoria política reconocida y por tanto, son fuente de una gran incertidumbre. La actual representación parlamentaria no convocó a los cuadros más representativos de los partidos ante la corta duración del período congresal y esto se expresa en la actual débil e intrascendente relación con la ciudadanía o las autoridades regionales. Pero tenemos un problema de fondo con la debilidad de los liderazgos en la región, debilitadas las organizaciones y desprestigiados los políticos, tenemos un gran vacío. El León del Sur parece un recuerdo lejano.
Para muchos el candidato presidencial Rafael López es el nuevo “Bolsonaro peruano” ya que afirma que el país ha estado gobernado por caviares y rojos que son incapaces para gobernar el país por lo que él se presenta como el salvador contra la corrupción y a favor de la moral pública. ¿Qué impresión tiene usted de López?
López aliaga comparte con Bolsonaro un fundamentalismo conservador y el anticomunismo que le impide ver la realidad nacional. Decir que el país ha sido gobernado por “caviares y rojos”, además de ser falso, es síntoma de un grave problema: o su incapacidad para analizar la realidad o una gran capacidad para mentir deliberadamente con propósitos proselitistas. Todos hemos sido testigos de cómo, candidatos que ofrecieron cambios en favor de las mayorías y de reformas (Toledo, Alan, Ollanta) terminaron traicionando sus ofertas y profundizando este modelo neoliberal en favor de los poderosos de siempre.
¿El candidato presidencial Beingolea del PPC afirmó que es una lástima que los candidatos extremistas de izquierda y derecha sean los que lideran las encuestas electorales ya que son populistas? ¿Comparte su criterio o está equivocado?
Lo que en realidad ocurre en el proceso peruano es una polarización ante el fracaso del modelo neoliberal, que en estos últimos 40 años ofreció resolver los problemas de país y de las mayorías “generando empleo, ingresos y reduciendo la pobreza”, ha mostrado su agotamiento y sus limitaciones al estallar la pandemia y encontrarnos en una total precariedad en el empleo y una informalidad del 80%, y niveles de salud y educación entre los peores de América Latina. El término populismo, entendido inicialmente como despilfarro o uso irresponsable de los recursos públicos, ha sido desvirtuado por la derecha para usarlo como “vacuna” contra cualquier intención de cambio del modelo neoliberal. El país requiere medidas redistributivas que enfrenten la creciente desigualdad de estas últimas décadas, donde los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres. La derecha no concibe la necesidad de una política redistributiva, no se imagina reducir sus privilegios.
¿Qué aspectos positivos y negativos evalúa usted en el gobierno de Sagasti y en el congreso nacional?
Es un gobierno tecnocrático autodenominado de “de emergencia y transición” que reconoce su propia debilidad y su limitado respaldo político por un congreso dominado mayoritariamente por los grupos vinculados a la gran corrupción del país e intereses particulares como la mafia de las universidades los cuellos blancos etc. Esta debilidad abre las posibilidades de una nueva crisis, según las expresiones golpistas de López Aliaga, que llamaba al congreso a destituir a Sagasti. Lo positivo es que se ha propuesto efectuar la transferencia el próximo 28 de julio.
¿Cree usted que los limeños elijan a Martín Vizcarra como congresista en las elecciones 2021?
Es una alta posibilidad, a pesar del incidente de las vacunas, donde mostró un cinismo desbordante y una gran capacidad para mentir poniendo en entredicho toda su gestión al frente del Gobierno regional de Moquegua y en la Presidencia de la República. Su participación en la elección congresal también ha puesto en evidencia su intención de protegerse utilizando ese estatus. El hecho de encabezar la lista le asegurará la elección siempre que Somos Perú supere la valla electoral del 5%.
Finalmente, ¿Por qué un sector de peruanos es muy tolerante con la corrupción que se evidenció con Vizcarra al salir a respaldarlo el 2020 contra su vacancia y qué hacer para evitarlo?
El respaldo a Vizcarra el 2020 obedeció principalmente a la pugna con el congreso liderado por aprismo y el fujimorismo que, desde el primer día de instalado el gobierno de Kuczynski, iniciaron su campaña desestabilizadora que culminó con su renuncia luego de comprobarse sus vinculaciones con la corrupción de Odebrecht. Más que una defensa de Vizcarra la movilización popular fue una condena al fujimorismo y la corrupción en el país. La posterior movilización contra el golpismo de Merino confirmó una vez más el rechazo de la población a los grupos mafiosos del congreso que se unieron para vacar a Vizcarra.
Pienso que la población no es tolerante con la corrupción, al conocerse la actitud de Vizcarra de vacunarse a escondidas ha sido severamente condenada por la mayoría de la población y eso se expresa en las elecciones. Lo que existe es una desmoralización de la población ante la profundidad de la corrupción en la sociedad peruana que abarca todos los niveles de la vida nacional. Entonces, aparece como muy difícil el camino de la superación de este grave problema, cuando pensamos que ya tocamos fondo, aparece un nuevo incidente que nos hunde aún más. Requerimos una refundación moral del país, los jóvenes tienen la palabra.