¿Cuál es la situación del COVID 19 en América Latina al 18 de noviembre 2020?
Informe sobre la situación del Covid 19 en países de América Latina
Dra. Carissa F. Etienne – Director de la Organización Panamericana de la Salud y Directora Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud
En la última semana, se notificaron casi 1,5 millones de casos y 19.000 muertes por COVID-19 en la Región de las Américas. Desde el inicio de la pandemia, el virus de la COVID-19 ha infectado a más de 23 millones de personas en nuestra Región y ha causado la muerte a más de 680.000. En los actuales momentos, América del Norte sigue representando una gran proporción de las cifras de nuevas infecciones.
En Estados Unidos aún se observa una aceleración en el número de casos: tan solo en la última semana se notificaron más de un millón de infecciones nuevas en ese país. Estos repuntes han dado lugar a un número récord de hospitalizaciones, lo cual es particularmente preocupante, ya que sabemos que cuando nuestros centros de salud están desbordados, nuestra capacidad para tratar a las personas gravemente enfermas se ve limitada.
En México ya se ha superado el millón de casos de COVID-19 y en Canadá también hay un resurgimiento de la transmisión. Más al sur, Belice está notificando picos en el número de infecciones, mientras que la respuesta de Centroamérica a la pandemia se está viendo amenazada por el final de la temporada de huracanes, y se prevé que el huracán Iota azote la subregión apenas una semana después de que el huracán Eta causara inundaciones, marejadas y vendavales en varios países.
En las últimas dos semanas, el número de casos ha disminuido en la mayor parte de los países andinos y en Argentina, donde se sigue observando una disminución importante que comenzó hace tres semanas. Sin embargo, como parte de este abanico de tendencias, en las últimas semanas, Uruguay —el único país continental de la Región que ha notificado tener solo conglomerados de casos— ha experimentado picos en algunas zonas de su frontera con Brasil.
Está claro que, mientras el virus continúe propagándose activamente en nuestra Región, los países no pueden bajar la guardia. Todos los países deben seguir vigilando su situación epidémica y, en caso de que surjan nuevas infecciones, deben adaptar su respuesta con rapidez para prevenir nuevos brotes. Sin embargo, si bien la Región sigue enfrentando desafíos en la respuesta al virus, la semana pasada hubo buenas noticias sobre el desarrollo de posibles vacunas contra la COVID-19. Son noticias alentadoras y estamos deseosos de revisar los datos conexos. Sin embargo, debemos ser claros: solo una vacuna que haya demostrado ser segura y eficaz será aprobada por las autoridades regulatorias, tendrá el aval de la OMS y, en última instancia, estará disponible por medio del Mecanismo COVAX.
Esto quiere decir que aún falta mucho por hacer. Hoy quisiera poner de relieve algunos de los pasos que deben dar los países mientras esperamos una vacuna. Sabemos que aplicar una vacuna será una tarea difícil y costosa. De hecho, las proyecciones más recientes del Mecanismo COVAX para América Latina y el Caribe estiman que vacunar al 20% de la población costará más de $2.000 millones de dólares. Aunque estas cifras son elevadas, las vacunas son una inversión inteligente y necesaria.
Por este motivo la OPS ha estado trabajando con sus Estados Miembros para que todos los países interesados tengan acceso al Mecanismo COVAX. También nos hemos asociado con el Banco Interamericano de Desarrollo, la Unión Europea y otras instituciones financieras y donantes a fin de asegurar el financiamiento necesario para que los países de menores ingresos de nuestra Región puedan unirse a este mecanismo.
Los países autofinanciados que participan en el Mecanismo COVAX tendrán la opción de comprar las vacunas ellos mismos o por medio del UNICEF y la OPS; la OPS realizará compras en nombre de todos los Estados Miembros de la Región de las Américas que estén interesados. Al día de hoy, 28 países autofinanciados han firmado acuerdos con el Mecanismo COVAX, y otros 10 países cumplen con los criterios establecidos para recibir apoyo en el marco del compromiso de compra anticipada del COVAX.
Debido a que el tiempo apremia, muchos fabricantes de vacunas han comenzado a producir vacunas contra la COVID-19 incluso antes de recibir la aprobación de las autoridades regulatorias. Sin embargo, es importante tener en cuenta que solo se pueden utilizar una vez que se hayan finalizado los ensayos clínicos, se hayan publicado los datos sobre la seguridad y eficacia, y se haya recibido la aprobación de las autoridades regulatorias.
La semana pasada, la OPS y el UNICEF iniciaron el proceso de compra de vacunas para la COVID‑19 al invitar a los fabricantes de vacunas de todo el mundo a postularse para ser proveedores en los 186 países que se han unido al Mecanismo COVAX. Este mecanismo tiene como objetivo distribuir para fines del 2021 al menos 2.000 millones de dosis de vacunas de buena calidad y hacerlo de forma rápida y equitativa.
Sabemos que es una cifra enorme, pero también sabemos que no será suficiente para vacunar a todos, al menos no al principio. Nuestro principal objetivo en la planificación de la primera fase de la vacunación es salvar vidas. Por eso es importante proteger primero a los más vulnerables: la prioridad será proteger a los trabajadores de salud y a otros trabajadores de primera línea, así como a las personas con un alto riesgo de presentar un cuadro grave de la enfermedad.
La OPS ha trabajado en estrecha colaboración con los gobiernos para revisar sus programas de vacunación, difundir información regulatoria y fortalecer su capacidad de cadena de frío para así asegurar que la distribución de las vacunas sea rápida y fluya sin problemas. De hecho, algunas de las vacunas que se están desarrollando pueden requerir nuevas formas de almacenar, transportar y distribuir vacunas dentro de la Región, por lo que tendremos que aprovechar la infraestructura existente para hacer frente a estos desafíos.
Incluso con estos esfuerzos, sabemos que la confianza es el elemento más importante en una campaña de vacunación. A medida que las vacunas contra la COVID-19 avancen en las distintas etapas de investigación, debemos estar siempre alerta ante los rumores y las teorías conspirativas que se extienden por toda nuestra Región, que pueden trastocar los esfuerzos de vacunación y obstaculizar nuestra respuesta a la COVID‑19.
Hacemos un llamamiento a los países de toda la Región para que ayuden a forjar la confianza necesaria en las vacunas que veremos en un futuro próximo, proporcionando información transparente y precisa sobre el proceso de desarrollo de vacunas, así como sobre su seguridad y eficacia. Lo más importante es que todos luchemos contra la desinformación, ya que estos rumores afectan la percepción y la actitud de las personas con respecto a la vacuna contra la COVID-19. Esto no solo implica la pérdida de tiempo y recursos que son muy valiosos, sino que también costará vidas.
Aunque todavía faltan meses para que tengamos una vacuna contra la COVID-19, y es fundamental que nos preparemos para la vacuna, no debemos dejar de aplicar las medidas que sabemos que frenarán la propagación del virus, controlarán la transmisión y salvarán vidas: usar mascarillas, mantener la distancia física, evitar las reuniones innecesarias y seguir las recomendaciones de las autoridades de salud locales y nacionales.
Además, debemos aprovechar al máximo las vacunas ya disponibles que salvan vidas, a fin de prevenir brotes de otras enfermedades graves como la poliomielitis y el sarampión. Las tasas de vacunación siguen disminuyendo en la Región y, al igual que otros servicios esenciales de salud, se han visto aún más afectadas por las interrupciones causadas por la COVID-19 y se ha registrado una disminución de la demanda de servicios de vacunación. Este año, nueve países de la Región de las Américas han notificado en total 8479 casos de sarampión, incluidas ocho muertes, y cinco países han notificado 56 casos de difteria, incluidas 16 muertes. Ambas enfermedades son totalmente prevenibles mediante la vacunación.
Además, la OPS y la OMS iniciaron esta semana una campaña mundial para luchar contra el cáncer cervicouterino. Las vacunas contra el VPH son seguras y eficaces, y pueden ayudarnos a eliminar este tipo de cáncer en una generación. No podemos dejar pasar esta oportunidad. Las vacunas siempre deben ser consideradas un bien público mundial. A lo largo de varios decenios, la OPS ha estado trabajando para que las vacunas sean asequibles y estén disponibles para todas las personas que las necesiten. Al avanzar aceleradamente hacia la meta de tener una vacuna contra la COVID-19, no debemos comprometer esta visión.