El Perú y el Presidente Vizcarra dentro de la geopolítica actual

La Campaña periodística, parlamentaria y judicial contra Martín Vizcarra es generalizada, no de ahora sino desde el mismo momento que integró la plancha presidencial de Kuchinsky; por lo menos eso se colige de las afirmaciones de Mercedes Araoz, que en su momento dijo que lo habían integrado en la fórmula presidencial para teñirla con un rostro de provinciano, para que no apareciera una fórmula de blanquitos limeños.
Luego, con pretensión de destituirlo en el Congreso proclamando a Mercedes Aráoz, como presidenta por unos minutos y que luego renunció, cuando el parlamento era dirigido por el fujimorista Pedro Olaechea; y también con el último intento fallido en el Congreso que preside el señor Merino de Acción Popular y que fracasara por la falta de apoyo popular y por la identificación de las FFAA con el Presidente Vizcarra. Entonces los intentos no son recientes, sino desde un principio y sus propiciadores están claramente identificados con la ultraderecha cavernaria, cuyos grupos de poder están siendo afectados por la persistencia de la lucha contra la corrupción de Odebrecht y otras medidas superficiales como el referéndum y el cierre del parlamento que no son de su gusto.
Con estas afirmaciones, no estoy defendiendo a Vizcarra, porque fue y es peón de un sector de la derecha neoliberal, que defiende el mamotreto constitucional de Fujimori de 1993, el modelo neoliberal salvaje, y viene adoptando medidas a gusto y medida de los intereses de la CONFIEP, que atentan contra los sagrados intereses de los trabajadores y del pueblo peruano. Pero esto no me inhibe de señalar que los ataques con criterio racista de las descendientes de oligarcas moqueguanos como Martha Chávez y Lourdes Flores Nano, forman parte del tinglado ultraderechista y que continúa en los principales medios de comunicación nacional utilizando la crisis que se presentó en el entorno presidencial de Palacio de Gobierno y en particular de su relación con el payaso Richard Cisneros y de los errores del ejecutivo en el manejo sin estrategia y sin la participación de toda la sociedad en el combate contra la pandemia del CORONAVIRUS-19, y desde luego sin asumir ninguna responsabilidad DE TODOS LOS GOBIERNOS de la derecha neoliberal que se turnaron en el gobierno y que colocaron a la salud, educación y seguridad social como la quinta rueda del coche.
Me queda claro también, que no le perdonan que Vizcarra haya nombrado a Vicente Zeballos como representante peruano en la OEA, de que haya apoyado a Rusia, Cuba y China en su elección para la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que haya facilitado la llegada de los médicos cubanos para ayudar a combatir la COVID-19, que sea una empresa farmacéutica china, que está pronto a descubrir la vacuna anti COVID, haya firmado un convenio con las Universidades San Marcos y Cayetano Heredia, amén por no tener una participación activa en el llamado Grupo de Lima, que fuera organizado para apoyar la invasión norteamericana a Venezuela y que felizmente ya fracasara. A lo que agrego el rechazo del gobierno a la intromisión de tres países extranjeros en el tema de los peajes en Lima, el descontento del Ministro de RREE sobre la falsa información de los EEUU sobre los barcos chinos en el mar peruano y sobre sus declaraciones de que no pueden asumir las posiciones norteamericanas porque se enfrentaría con China, que es el principal socio comercial actual del Perú.
Por eso, también tengo claro que si Vizcarra, como Presidente o funcionario público, cometió actos de corrupción sea sancionado con todo el peso de las leyes peruanas y que hoy no puede ser juzgado al amparo de la constitución fujimorista y que solo será posible a partir del 29 de julio del 2021; pero que se utilice el caso de Cisneros por los contratos que obtuvo en el Ministerio de Cultura por un monto de S/. 175,000 soles, según se dice por recomendación de Vizcarra, resulta anecdótico, porque si revisamos la historia de los partidos políticos que gobernaron, a cuantos de sus militantes hicieron ingresar al sector público y de todas las atrocidades de corrupción que cometieron y si tuviéramos un Fidel Castro los mandaría a fusilar de inmediato.
No justifico nada, solo señalo y hago una comparación, porque finalmente el ladrón grande o pequeño es ladrón y corrupto. Con Vizcarra sucede lo mismo, con lo que ocurre en otras latitudes con personajes que no son de la simpatía de EEUU, peor aún si son de izquierda o progresistas. Sin embargo, el motivo de este artículo tiene el objetivo de llamar a mis lectores y críticos a que reflexionemos sobre otras causas, al margen de todo el cotarro armado en torno al presidente Vizcarra y me refiero a la intervención de la geopolítica norteamericana en el mundo y en particular para América Latina y la ubico en la pérdida de la hegemonía mundial de los EEUU y el fin del unilateralismo y su reemplazo por la multipolaridad, donde China, Rusia y la India empiezan a competir en iguales condiciones en muchos aspectos como en lo económico, tecnológico y financiero, y donde el poder occidental se está trasladando a Asia y el Pacífico y la propia Unión Europea empieza a marcar distancia de los norteamericanos.
Para nadie es un secreto que EEUU ya no manda en la ONU, ni en el Consejo de Seguridad y el subterfugio que utiliza es retirarse de la Organización Mundial de Salud, de la UNICEF y de otros organismos y tratados, así como el de copar prepotentemente la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), violando una vieja tradición o la OEA, el viejo ministerio de colonias, que hoy preside el inefable tuerto Almagro II.
Pero tampoco es un secreto que no permite que sus agentes, formados en sus universidades o en el Comando Sur de sus ejércitos, se rebelen o también presidentes que cambien de orientación y opinión como Sadam Hussein, Anuar Al Gadafi, el panameño Noriega, el terrorista Bin Laden y muchos otros personajes que se atrevieron a desafiar el poder del imperialismo en diversas partes del mundo.
Todo lo señalado es un pequeño resumen de todas las atrocidades cometidas por los EEUU en sus 244 años desde su independencia el 4 de julio 1776, que lo escribiré en otro artículo.
En lo concerniente a América Latina y El Caribe, nadie debe dudar que fue considerada como su patio trasero desde siempre, donde los gobiernos de turno obedecían en forma ciega los dictados de los EEUU, salvo Cuba que desde 1959 en que triunfó la revolución de Fidel y del Che y estando a 90 millas de Miami, se rebeló, por lo que desde hace 61 años tiene su economía bloqueada y con el apogeo de gobiernos de izquierda que surgieron desde el advenimiento del Comandante Hugo Chávez Frías en Venezuela a fines del siglo pasado y con la elección de gobiernos progresistas en Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Honduras y otros en el Caribe que se enfrentaron a los gobiernos norteamericanos, sea del Partido Republicano o Demócrata y patrocinaron organizaciones de unidad latinoamericana y que no obedecían ya los dictados del país del norte, lo que significó una derrota que EEUU no podía permitir.
Lamentablemente, por errores que se cometieron y por la permanente ofensiva anticomunista y anti izquierdista del imperialismo, luego de 15 años de apogeo, perdieron las elecciones o sus presidentes fueron destituidos utilizando varios recursos legales y mafiosos; lo que no quiere decir que la base social con mentalidad de cambio haya desaparecido, por el contrario, el Partido de los Trabajadores del Brasil, el MÁS boliviano y la izquierda chilena, son el mejor ejemplo.
Hoy, la ofensiva del imperio es multifacética contra sus enemigos y como dice el FORO de SAO PAULO: “Se ha puesto en marcha formas de golpes suaves contra Nicaragua y Venezuela; golpes electorales como en Argentina, Ecuador y Honduras; golpes judiciales como en Brasil y parlamentarios como en Paraguay; y guerras judiciales con la criminalización de los liderazgos como Lula, Cristina Fernández, Rafael Correa y una guerra abierta en lo económico, financiero y una brutal guerra mediática y psicológica”. A lo que hoy debería agregar el golpe civil militar en Bolivia contra el gobierno de Evo Morales y el criminal golpe fascista en Chile en 1973 contra el gobierno de la Unidad Popular presidido por el Dr. Salvador Allende.
Hoy, América Latina está en disputa entre China y EEUU. Por un lado, EEUU empeñado en recuperar su patio trasero con el apoyo de la derecha más conservadora de Latinoamérica y el Caribe; y por el otro China, que se han convertido en el principal país inversor en esta parte del continente, no solo en lo económico y comercial, sino también en lo tecnológico y financiero que supera ya largamente a EEUU. De allí su desesperación y desde luego por el resurgimiento de las fuerzas de izquierda y progresistas, como en el Brasil, Chile, Bolivia y ni que decir de Venezuela, cuyo proceso no ha podido ser derrotado, pese al criminal bloqueo impuesto abusivamente por el gobierno de Tío Sam.
De allí su ofensiva anticomunista, llegando al extremo y la ridiculez de acusar al candidato demócrata Biden de ser socialista y comunista y en nuestra patria de que Martín Vizcarra es comunista o que la Ministra de Economía Alva es de Patria Roja. En este panorama me atrevo a plantear que el Perú está en disputa entre China y EEUU, donde Martín Vizcarra ya es un estorbo para EEUU y que requiere de un gobierno totalmente servil y de confianza. Vizcarra ya es una ficha quemada.
Por eso en la coyuntura política electoral en las elecciones del 11 de abril del 2021 será frontal entre los partidos y sectores sociales alineados con el imperialismo yanki, y las organizaciones políticas que luchamos contra el continuismo neoliberal. Aquí estaba encuadrado el complot parlamentario para sacar a Vizcarra y luego postergar las elecciones para que la derecha pueda unirse y ganar el 11 de abril, lo que chocó porque las candidaturas derechistas se han multiplicado y la izquierda se va unificando y puede ser una sorpresa; lo que motiva a estar con el ojo avizor sobre cualquier aventura golpista o maniobra que pueda presentarse antes de las elecciones.
Como nota final señalaré, que China ha superado a EEUU en varios rubros en nuestra patria, ya que tiene más de 30,000 millones en inversiones, es propietaria de 170 grandes empresas en los diversos sectores de nuestra economía como en Minería, petróleo, electricidad, infraestructura y en lo concerniente a las exportaciones e importaciones. La patria de Mao Tse Tung recepciona el 29% de nuestras exportaciones de cobre, hierro, harina de pescado y gas, e importamos el 26 % entre maquinaria, insumos, ropa y autos. En realidad, las inversiones chinas en nuestra patria vienen desde 1993 en que fue comprada Hierro Perú por la empresa Shougang ubicada en Marcona, región Ica.
Por ello sostengo, que Vizcarra es una ficha quemada para los intereses de EEUU y que nuestro país en el marco de la geopolítica mundial está en disputa por sus grandes riquezas y por el lugar estratégico en que se encuentra ubicado territorialmente de cara al oriente a donde se está trasladando el nuevo poder mundial.
Bladimiro Begazo – Profesor y Político