¿Conoce la congresista Chávez que el racismo y la discriminación es un delito en el Perú?
La congresista Martha Chávez, por un exabrupto impropio de una abogada y veterana política, se desprestigió ante el país que la eligió como su representante en el primer poder del Estado que es el Congreso Nacional. La fujimorista refiriéndose al primer ministro Vicente Zeballos que fue nombrado por el presidente Vizcarra como embajador de Perú ante la OEA, Chávez afirmó que “él debió ser nombrado embajador en Bolivia por sus rasgos andinos”. La infeliz frase no sólo descalificó a Zeballos por su pensamiento racista, sino que fue un insulto a los peruanos de todas las sangres que viven en el interior del país.
Todo parece indicar que la parlamentaria fujimorista por su odio visceral al gobierno de Vizcarra que disolvió el anterior Parlamento donde Fuerza Popular era mayoría legislativa, le ha hecho perder la responsabilidad al cargo, ya que ella representa al pueblo peruano, incluyendo a todas las razas y lenguas vigentes en el país, por lo tanto, les debe respeto y consideración. Hemos recurrido a diversas informaciones de algunos sectores para comprobar que lamentablemente está enraizado en el país el racismo y la discriminación pese a que el 2021 cumpliremos nuestro bicentenario de independencia nacional.
El Mapa Lingüístico del Perú que publicó el Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (INDEPA) dio conocer cuántas lenguas nativas tiene nuestro país en el siglo XXI, que con seguridad miles de peruanos que vivimos en la urbe no conocemos. El Mapa informó que en el país hasta el año 2010, tenía 3 millones 360 mil 331 peruanos que hablaban lenguas nativas, registrándose 68 lenguas, 16 familias etnolingüísticas y 77 etnias. De las 16 familias etnolingüísticas, 10 son las más usadas, entre ellas, arawak, aru, cahuapana, harakmbut, huitoto, jibaro, pano, peba-yagua, quechua, tacana, tucano, tupi guaraní uro-chipaya y zaparo.
Otro dato relevante es que el Censo Nacional de Población y Vivienda del 2017 del INEI, reveló que el 82.6% de peruanos consideraron como su lengua materna el idioma castellano, 13.9% idioma quechua, 1.7% idioma aimara y el 0.5% otros idiomas nativos. Los departamentos con mayor población quechua hablante fueron Apurímac con 70%, Huancavelica 65%, Ayacucho 63%, Cuzco 55%, Puno 42% y Ancash 30%. La mayor población que hablaba el aymara fue Puno con 27%, Tacna 19% y Moquegua 13%, mientras que el asháninka en Ucayali con 4%, Pasco 3% y Junín 3%, mientras que otras lenguas nativas u originarias se practican en Amazonas con 12%, Ucayali 6%, y Loreto 5%.
No menos relevante son los datos del Censo del 2017 del INEI, donde se da cuenta que la lengua materna de los arequipeños en un 79.6% era el castellano, mientras que el 17.9% quechua, 2.1% aimara y el 0.1% otras lenguas nativas. Sobre la auto percepción étnica, el 54.2% de arequipeños se consideraba mestizo, el 31.3% quechua, el 4.9% blanco, el 3.3% aimara, el 2.2% negro y el 0.1% nativo indígena. En nuestra Constitución Política de acuerdo al artículo 48, son idiomas oficiales el castellano, y en las zonas donde predominen, el quechua, aimara y demás lenguas aborígenes. En las últimas décadas se aprobaron varias leyes que impulsaban la promoción de las lenguas nativas.
La Ley 29735 del 2011 declaró de interés nacional el uso, preservación, desarrollo, recuperación, fomento y difusión de las lenguas originarias, obligando al Ministerio de Educación a actualizar el Mapa Etnolinguistico del Perú en coordinación con el INEI, debiendo contarse con un Registro Nacional de Lenguas Originarias. La PCM debió aprobar la Política Nacional de Lenguas Originarias, debiendo el Estado implementar medidas efectivas que impidan la discriminación de las personas por el uso de las lenguas originarias, etc.
Recién el año 2017, el gobierno publicó el Decreto Supremo 005-2017-MC que aprobó la Política Nacional de Lenguas originarias, Tradición Oral e Interculturalidad, el cual detectó que la administración pública y los prestadores de servicios públicos funcionan bajo la lógica de un Estado monolingüe y monocultural, habiendo un desprestigio y desvalorización de las lenguas originarias en la sociedad peruana.
Ante este panorama complejo, el D.S. 005-2017-MC, estableció seis objetivos específicos a corto y mediano plazo. Entre ellos: a) garantizar la pertinencia lingüística en la prestación de servicios públicos, b) fomentar la visibilización y reconocimiento de las lenguas indígenas, c) fortalecer las estrategias de prevención y mecanismos de reacción contra los casos de discriminación por el uso de lenguas originarias, d) fortalecer la identidad cultural, e) recuperar las lenguas indígenas y originarias, f) promover el desarrollo oral y escrito de las lenguas indígenas y originarias. A nueve años de la vigencia de la Ley 29735 y tres años del D.S. 005-2017, se desconoce si el Estado y la sociedad civil han avanzado en el cumplimiento de estos objetivos nacionales.
El año 2017 el Ministerio de Cultura publicó los resultados de la “I Encuesta Nacional Percepciones y Actitudes sobre Diversidad Cultural y Discriminación Étnico Racial” donde se reveló que el 53% de los encuestados consideraba a sus compatriotas como racistas y sólo el 8% se reconocía racista, siendo este uno de los principales problemas nacionales Ad Portas del bicentenario 2021. La encuesta dio cuenta que los principales motivos de discriminación era el nivel de ingresos 32%, la vestimenta 23%, la forma de hablar 26%, los rasgos físicos 21%, y el color de la piel 19%. Los lugares donde los peruanos se sintieron más discriminados eran en hospitales o postas medicas 22%, comisarías 19%, y municipalidades 19%.
El psicólogo y sociólogo, Arturo Torres de la Universidad Autónoma de Barcelona-España, sostiene que el racismo busca discriminar a las personas según su raza y según sus prejuicios personales su “linaje”. Agrega que hay varios tipos de racismo y discriminación aun en el siglo XXI en los cinco continentes. Ellos son, el racismo institucional que se da en leyes o instituciones que discriminan a personas por sus raíces. Eso se evidencia en el país cuando un ciudadano no puede ingresar a “clubs sociales de élite” pese a que la Constitución y legislación prohíbe la discriminación, pero en esas instituciones predomina el “Estatuto o Reglamento del Club” antes que la Carta Magna.
También existe el racismo cultural que pone de manifiesto una superioridad cultural de una etnia sobre otra, donde la población negra o amarilla supuestamente no pueden ser buenos intelectuales o deportistas de alto nivel. Arturo Torre, refiere también que hay el racismo biológico que pone énfasis en la influencia de la genética sobre las capacidades psicológicas de las personas supuestamente sustentada en la herencia de sus genes de sus padres o abuelos. Asimismo, hay el racismo por el color de la piel que se basa en la apariencia física menospreciando a las personas por el color natural que tienen las personas. No hay duda que el racismo es una tara social que aún no hemos extirpado en la sociedad peruana.
En el caso concreto de la congresista Martha Chávez, ninguna institución estatal demandó a la parlamentaria que se excuse ante Vicente Zeballos, pero también a la población andina. El Presidente del Congreso no dijo nada, el Ministro de Cultura tampoco se pronunció como era su deber, mucho menos la Ministra de Justicia que representa al gobierno en asuntos jurídicos, ya que la discriminación está sancionada penalmente. El Defensor del pueblo tan exquisito para abordar temas políticos, desapareció del mapa, cuando era su deber hacer respetar los derechos fundamentales de las personas, mientras que el partido Fuerza Popular se limitó a precisar que deslindaba de Chávez, cuando era su obligación sancionar ejemplarmente, ya que los congresistas al juramentar a su cargo, se comprometen a respetar la Constitución y legislación vigente que no cumplió la legisladora fujimorista. El Congreso si no quiere desprestigiarse ante el soberano debe sancionarla con 120 días sin goce de haber a Martha Chávez, para que sirva de precedente histórico, porque muchos políticos insultaron y agraviaron a otros peruanos, pero ninguno de ellos fue denunciado por el Ministerio y menos sentenciado por el Poder Judicial.
EL ciudadano Edison Tito Peralta, denunció ante el Ministerio Público a la congresista Chávez por el delito de discriminación y racismo, solicitando que se aplique el artículo 323 del Código Penal que sanciona con pena privativa de libertad hasta con 3 años cuando es funcionario público el que agravia a otra persona. No nos extrañaría que en su defensa la legisladora fujimorista argumente que goza de inmunidad parlamentaria prevista en el artículo 93 de la Constitución y se ampara en que los legisladores no son responsables de las opiniones que puedan ofrecer en el ejercicio de sus funciones legislativas (inmunidad) y que está se habría dado en el contexto de una crítica al gobierno de Vizcarra por el nombramiento de Zeballos. El país estará a la expectativa de la actuación de la Comisión de Ética del Congreso y del Ministerio Público en las próximas semanas. Concluimos esta nota, recordando el célebre pensamiento de un cineasta de talla mundial como Orson Welles quien sobre el racismo afirmó lo siguiente: “El odio a las razas no forma parte de la naturaleza humana, más bien es el abandono de la naturaleza humana”.
Hugo Amanque Chaiña – Periodista y Abogado