El costo del COVID 19 en el Perú
La aparición de esta enfermedad en el Perú, exigió al gobierno peruano tomar medidas en los ámbitos económico, social básicamente en salud y educación, también financieras, con diferentes alcances, algunas con relativo éxito y otras sin resultados positivos. Una de las primeras medidas fue el aislamiento social, declarando la primera fase de cuarentena, paralelamente la asignación de 100 millones de soles para el Ministerio de Salud para reforzar los servicios de salud, vigilancia, prevención, control, personal necesario y otros servicios adicionales. Asimismo 165 millones de soles para el Ministerio de Educación para la compra de kits para centros educativos, decretando la suspensión de clases hasta el 30 de marzo del presente año. También la restricción de eventos o actividades con no más de 300 personas, suspensión de ciertas actividades económicas, cierre de aeropuertos, medidas de higiene y protección de la población.
Los primeros efectos fueron la caída de la economía, de las exportaciones principalmente a China en el 16% a enero 2020 frente al mismo período del año anterior (ADEX), caída de la demanda y del precio del cobre, contracción del turismo con fuerte efecto en algunas regiones y distritos del país, caída del transporte aéreo y de una parte importante de las actividades económicas. Frente a estas circunstancias una de las primeras medidas fue la prórroga del plazo a MYPES para realizar la declaración jurada del impuesto a la renta con efectos marginales debido al alto grado de informalidad de este sector que representa el 95% del universo empresarial del Perú. Asimismo, se reestructuró el presupuesto público con una orientación prioritaria hacia la salud, la educación y protección de la población que se encontraba en pobreza, extrema pobreza, familias de bajos ingresos, trabajadores informales, personas sin vivienda, adultos mayores en condición de vulnerables tanto de la parte urbana como de las zonas rurales.
Destacan la entrega de 380 soles para una población aproximada de 2 millones de familias en condiciones de pobreza y extrema pobreza; el retiro de 2,400 soles de su CTS; y de 2,000 soles de las AFPs de las personas sin trabajo formal; entrega de fondos a las municipalidades para el reparto de canastas de víveres a familias pobres; bonos para trabajadores independientes de 760 soles; Bono rural de 760 soles; retiro de hasta el 25% de sus fondos aportados a las AFPs; bono universal de 760 soles.
Con el propósito de evitar la quiebra de algunas empresas sobre todo las micro y pequeñas empresas en el campo económico se redujo el impuesto en 1%; creación del Programa Reactiva Perú con la finalidad de otorgar créditos a las empresas con una tasa anual de 1.92% asignando inicialmente de 5,382 millones de soles para un estimado de 55,000 MYPES de un universo de más de 2 millones de MYPES existentes en el país. Los montos de préstamos fueron determinados hasta 40,000 soles y luego se amplió a 90,000 con 12 meses de gracia para el reembolso capital más intereses. Otorgamiento de un subsidio a las empresas del 35% de la planilla de trabajadores con ingresos menores a 1,500 soles, con el propósito de evitar el despido masivo de trabajadores y el aumento del desempleo.
Muchas familias pobres no llegaron a recibir el apoyo económico otorgado por el gobierno, igual sucedió con las canastas entregadas por las Municipalidades, además de compras en algunos casos inadecuadas inoportunas y sobrevaloradas, lo peor personal de salud, policía y militares desatendidos con los equipos e implementos mínimos que generó muchas muertes. La pandemia posible de controlar inicialmente se fue agravando, dando lugar a sucesivas ampliaciones de los plazos de cuarentena y pérdida de credibilidad de las acciones del Gobierno. Una de las causales principales fue el desacato de la población de las medidas dadas en especial el aislamiento social. La conducta y comportamiento de la población fue muy lesiva a las medidas adoptadas y ha propiciado el crecimiento acelerado de los contaminados con este virus y la tendencia seguirá en ascenso poniendo al Perú en niveles no ocurridos en otros países a pesar de ser uno de los primeros en anticiparse con medidas sociales, económicas y financieras.
Los hospitales están colapsados, fuerte déficit de medicinas, oxígeno, personal médico, no siendo predecible la fecha en que se produzca la tendencia decreciente. Creemos que la reactivación económica con la primera y segunda fase agravará el crecimiento de la pandemia porque la población no hace conciencia de los efectos fatales en la vida de las personas y muchos negocios tampoco cumplen con los protocolos establecidos. La transferencia de 46 millones de soles a los gobiernos regionales para obras de reconstrucción y apoyo a la educación no dará los resultados esperados porque son instituciones paquidermas y muchas de ellas presentan debilidades de todo tipo y no podrán ser buenos acompañantes del gobierno central.
Se estima que no menos del 12% del PBI debe ser destinado para apoyar el plan de reactivación económica del país. Algunos especialistas calcularon que la informalidad costaría el 1.6% del PBI, el comercio y los servicios el 4.6% del PBI. El presupuesto en estos momentos ya no tiene la elasticidad de comienzos del año; los niveles de endeudamiento ya son lesivos para el país y será más duro conseguir recursos del exterior, la economía no podrá recuperarse en plazos cortos y que en cierta parte amortigüe la pandemia.
El problema además es global y según la ONU la caída de la economía prevé en 3.2%, el FMI en 3%, el Banco Mundial en 7.3% y para América Latina en 4.6%. El Banco Mundial para el Perú estima una caída de la economía en 13.5% para el presente año. Es evidente que se producirá la caída de los ingresos de los hogares afectando la demanda interna; la quiebra de algunos negocios, el desempleo sobre todo en las MYPES que concentra el 80% del empleo nacional, por tanto, el problema es muy crítico para el Perú. Pero somos un país que ha sabido enfrentar muchas crisis y esta no es la primera.
Se tiene fortalezas muy importantes que reactivar y poner en marcha. Las medidas de aislamiento social, de reactivación económica entre otras, que se puedan dar en el futuro inmediato tienen que ser acompañadas de medidas muy severas a todo nivel, para la población, los negocios y los propios gobernantes, no habrá otra forma de contener esta pandemia. No se puede tolerar la especulación, la sobre ganancia, la corrupción y cualquier acción que atente contra la vida humana.
Es necesario reestructurar y profundizar las medidas de reactivación económica, dar prioridad al teletrabajo, mejor selección de actividades económicas claves que tengan capacidad de arrastre para recuperar el PBI perdido, emprender de inmediato las obras de construcción de obras grandes que ha sido priorizadas y tienen presupuesto aprobado, gestionar préstamos internacionales en condiciones más blandas posibles, venta de activos no financieros hoy disponibles por más de 100,000 millones de soles (FMI), apoyo a las exportaciones de preferencia de medianas y pequeñas empresas, apoyo intensivo, especial y prioritario al sector agropecuario que hoy está demostrando ser el soporte fundamental en seguridad alimentaria para la población en general y en todo el país.
Dr. Bernabé Pacheco Santos – Economista