Migración en tiempos de COVID 19: Todos vuelven…
Las migraciones en el Perú particularmente en el Sur, se inician e intensifican entre las décadas de 1950 y 1960, convirtiéndose en los principales actores de ese 70 ó 75 % de informalidad de la ciudad con sus pequeños negocios en tiendas o en las calles, obreros de la minería, industria y la construcción artífices de la pequeña y mediana Empresa, al mismo tiempo empoderados políticamente imprimiendo un nuevo rostro a la tradicional ciudad en este caso Arequipa.
Esa antigua y hoy nueva forma de migración o movilidad social cuya base fundamental de la repulsión estuvo en la limitación y escases de recursos como la tierra (pobreza rural y campesina) y los factores de atracción de la ciudad como son las nuevas oportunidades laborales que ofrecía la ciudad con la industria, el comercio, la construcción, el transporte, la minería etc., o el entusiasmo por el mito de la educación y profesión de sus hijos, los impulsó a salir de la comunidad a su localidad y luego a la ciudad
Ese tradicional proceso migratorio, paulatinamente se han ido dinamizando y convirtiendo en una movilidad diaria e intensa donde la habitabilidad cotidiana y simultanea en las zonas rurales alto andinas y en la ciudad cada día es muy común; la mayoría de familias migrantes y residente en la ciudad de Arequipa siguen manteniendo vinculo ocasional o permanente con su lugar de origen (provincias alto andinas) que puede ser Caylloma, Lluta, Cabanaconde, Ocoña, Caravelí, Cotahuasi. Cusco, Puno etc. Incluso en los valles de la costa como Tambo, La Joya, al mismo tiempo tienen sus casas y hogares activos en la ciudad; en un solo día pueden movilizarse desde las zonas altas, hacia la ciudad, incluso los valles y retornar hasta sus pueblos de origen.
Esta Pandemia producto del virus el COVID-19, y la cuarentena promulgada por el gobierno los ha sorprendido poniendo en serio dilema sus vidas. La mayor parte de familias migrantes hasta la cuarta generación procedentes de las zonas altas de Arequipa, de Puno y Cusco, principales actores de la informalidad en la ciudad, trabajan para el sustento diario de la familia y la educación de los hijos, de un momento a otro los emplazan y obligan: ¡QUEDATE EN CASA! No salgas
Con gran sacrificio y solidaridad vecindaria resisten una semana en última instancia 15 días, pero luego muchos padres y madres de familia exclamaban. #Ya no hay que comer los hijos se mueren de hambre, no hay con que comprar comida”. Por supuesto que el bono ofrecido por el gobierno no llegó en su oportunidad y tampoco a todos, ni pensarlo que solucionaría la carencia de la mayoría.
Gran dilema exclamado por estos y otros pobladores “MORIMOS DE HAMBRE EN CASA O SALIMOS A ENFRENTARNOS AL COVID Y A LAS SOLDADOS Y POLICÍAS”. Eso sucedió por ello que los mercados siempre estaban y siguen abarrotados a pesar de todo el control militar y policial
De manera inmediata esta gente de procedencia y descendencia campesina y alto andina, para salvarse del hambre y del propio COVID, no pudo tomar mejor decisión que armar viaje con la familia y retornar a sus pueblos de origen (ya no a la fiesta patronal) para desempolvar la casa “vieja” retomar sus chacras y enfrentar al Kikuyo de sus chacras para ponerlas operativas así como buscar la solidaridad de sus familiares y vecinos lugareños.
La peregrinación de retorno a pie duró de 4 y 6 días para llegar a sus pueblos de origen, escapando del hambre y del virus, que esta zonas rurales están a salvo de este endemoniado virus, además para suerte en toda la sierra Peruana particularmente la zona alto andina entre enero y mayo es la época de cosecha de papas, maíz, habas, quinua, etc. entre otros granos y cereales; muchos de ellos orgánicos exentos del riesgo de la pandemia
Algunos familiares niños menores o ancianos que no pueden viajar ni caminar quedan en casa de la ciudad, que inmediatamente los retornantes o familiares los asisten con encomiendas de comida que con apoyo de la municipalidad de manera organizada la trasladan hasta la ciudad. Gran soporte alimentario en plena pandemia. Pues bien, escaparon del hambre y de la pandemia ¿Ahora? ¿Qué está pasando y que va a pasar en la comunidad o localidad donde se ha incrementado sustantivamente la población? De inmediato apareció la disputa por el agua que cada día es escasa, por otro lado la presión sobre los servicios, particularmente la educación de los hijos, la capacidad de los Centros Educativos no pueden cubrir la nueva demanda, de igual manera será con la salud, entre otros, problemas y conflictos que los gobiernos locales deberán asumirlos
Ahora las siguientes preocupaciones ¿Se quedaran todos los retornantes en sus localidades o comunidades? ¿Quiénes volverán a la ciudad, cuando como y porque? Las condiciones manifiestas dan cuenta que los que pronto retornarán son los jóvenes estudiantes de educación superior, que tienen dificultades de conectividad y para con sus tareas virtuales; los que tienen sus pequeños negocios que se van habilitando paulatinamente, por manifestaciones de autoridades del lugar, los que tienen más de 55 años de edad piensan activar sus pequeñas chacras son más o menos un tercio de los que han retornado que por lo pronto no piensan retornar a la ciudad.
Eso significa que se va intensificar la agricultura, va haber presión por tierras y fundamentalmente agua para el riego de los cultivos, demanda se servicios de salud, educación saneamiento, por supuesto de la oferta de mano de obra estará disponible, problemas y patología familiares y sociales frente a la movilidad entre el campo y la ciudad que seguirá intensa. El escenario se presenta complejo y complicado particularmente para los gobiernos locales, pero al mismo tiempo fructífero y más adelante estamos seguros que habrá gratas sorpresas y también desencantos.
Dr. Eliseo Zevallos Zevallos – Sociólogo